Aurora sintió como un valde de agua fría le cayó encima, pero luego agarró por los hombros a Franco y lo sacudió.— Por favor, dime que estás mintiendo — le dijo ella y la seriedad de Franco la asustó, trató de ponerse de pie, pero no lo consiguió.Franco la tomó de la mano y se le llevó a su habitación en Italia, allí había más cuadros pintados con el carboncillo, más cuadros de ella. De Aurora trabajando en el escritorio, de Aurora desnuda.De no ser por la situación, hubiera bromeado al respecto, pero en ese momento esta sin habla.Franco la sentó en la cama y buscó unos papeles en la cómoda al lado de la cama, eran muchos y con mucho texto, pero al ver la cara de confusión que tenía la mujer se sentó a su lado.— Tu apellido, Belalcázar, sí es el de tus padres. Lamento haberlos investigado, pero, eran hijos del bosque y quería saber qué pasó con ellos…— Dímelo — lo instó ella con frialdad y Franco se aclaró la garganta.— Tu padre era un empresario colombiano, llamado pedro Belal
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