Angelique me llevó a las caballerizas y en un espacio vacío que antes estaba, la sorpresa que Ilán me preparó fue tan grande que me dolió aún más su partida.— Tienes la granja de animales que tanto deseaste cuando eras niña, Ilán definitivamente supo dar en el clavo al hacer tal cosa.Habían muchos animales; tenía pollos, dos cerdos pequeños, patos, gansos y varios conejos. Todos se encontraban debidamente separados y me sorprendió ver el trabajo tan bueno que hizo.— Creo que deberías agradecerle por este gesto — Angelique me empujó con su hombro — vamos Astrid, no te puedes dar por vencida tan pronto y sé que se fue hace poco el bobolón ese pero para ti se siente como toda una eternidad.— Le voy a agradecer pero no pienso pedirle que regrese a mi vida, aprende una cosa Angelique — le tomé las manos — por mucho que tú quieras a un hombre, siempre, pero siempre debe pesar más tu amor propio. En mi caso quise ayudarle pensando quizás que podía sacarlo de esa postura absurda en la que
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