Las personas hablaban como si nada pasará, incluso había algunas que degustaron los platillos que se prepararon especialmente para esta ocasión y los cubiertos cortando la comida eran como martillos que me daban simultáneamente en mi cabeza.

— No puedo, soy incapaz de seguir delante de ti como si nada pasará — llevé mis manos a mi rostro — lo mejor es que me vaya de una buena vez de aquí.

Salí corriendo de la recepción e Ilán fue detrás de mí, podía escuchar que sus largos pasos dejaron de ser eso para correr tras de mí. Llegué al helipuerto y la mano firme de este hombre que cautivo mi corazón me tomó entonces me detuvo.

— Astrid qué es lo que sucede, me tienes completamente confundido. Primero vienes a hacerme preguntas raras y después sales corriendo como si el diablo te fuera siguiendo, sinceramente no te entiendo así que ayúdame a hacerlo.

— ¡Te amo! Ese es el puto problema, pensé que era un simple enamoramiento pero resulta ser que este tonto corazón pensó que sería una excelent