Capítulo 20. La sombra del deseo
–Es una noche hermosa y llena de vida para arruinarla con lágrimas y llanto de cosas que posiblemente no podemos mejorar o cambiar, claro que ayuda sacarlas, pero no cuando estás al aire libre, intentando hacer sentir mal a medio mundo–comentó una voz irritante y soberbia a mi espalda–.–De haber sabido que el parque era un lugar privado, hubiera ido al cine a llorar mis penas–dije–.–Lamento si te ofendí, de hecho, ese era mi mejor intento de sacarte una sonrisa–dijo–.Sonreí.–Lo he conseguido, ¡Sí! –dijo en tono de celebración.–Gracias por eso–dije, levantando la cabeza, lo miré y tenía una cara hermosa, se miraba niño para mi edad, pero tenía unos brazos grandes y un cabello liso y rubio ¡Qué hombre! – comenté en mi mente, porque decirlo sería muy descarado.–Descuida, de no haber sido por ti, esta hubiera sido mi llorada… número 5 –dijo después de contarlas con los dedos –pero verte llorar hizo que me diera cuenta lo insufrible que me veo cada vez que lo hago, así que también te
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