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Todos los capítulos de Casada por obligación: Capítulo 51 - Capítulo 60
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51. Confié en tí
AbigailDecir que estoy nerviosa sería quedarse corto. Hoy, finalmente, voy a hablar con Steven sobre el aborto que quiero fingir. Él luego de que yo le soltara aquella bomba por llamada se quedó sin palabras.Luego me dijo que estaba fuera de la ciudad, pero que apenas regresara nos encontraríamos para que yo le explicara bien la situación y lo entiendo. Nadie que no te conozca lo suficiente va a ayudarte en algo como eso de buenas a primeras.Hoy finalmente él ha regresado así que estoy esperandolo. Veo su silueta antes de que él me vea por lo que levanto una mano para llamar su atención. Estoy sentada en una cafetería cerca de la clínica en la que él trabaja, me pareció lo más conveniente para ambos.—Abigail, ¿Cómo estás?— dice, cuando llega hasta mí, dejando un beso en mi mejilla— Quedé muy preocupado luego de tu llamada.Bueno parece que él va directo al grano.—Hola, Steven. Lamento haberte preocupado y entiendo si no puedes ayudarme, pero…—No, no he dicho que no pueda, es sol
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52. La trampa
ChristopherLas cosas no salieron tal cuál como esperaba. Al menos no al final.Hoy aproveché que Abigail salió de casa para encontrarse con su amiga y cité al imbécil de su ex en la casa, en un principio pensé que iba a costarme convencerlo, teniendo en cuenta los altercados que hemos tenido.Sin embargo, solo bastó con que le dijera que quería invertir y ser parte de sus negocios para que el idiota accediera a venir.—Señor Dimas, debo admitir que su petición me ha sorprendido— dice el imbécil entrando a mi casa.En su rostro se puede ver la soberbia y la confianza de aquel que se siente ganador, eso hace que una media sonrisa se forme en mis labios. Este pobre idiota no tiene ni idea de lo que le espera.—Me imagino, pero me he tomado el tiempo de investigar un poco y creo que podemos dejar de pelearnos y mejor sacar provecho de la situación.Noto como su sonrisa crece mucho más al escucharme y su mirada se vuelve hambrienta.—Por supuesto, eso es justo lo que yo he pensado siempre
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53. Detenido
AbigailYa amaneció y yo sigo acostada en la cama de Christopher. Continúo desnuda y medio somnolienta y cansada después del maratón de sexo que tuvimos toda la noche.Dios, sé que debo dejar de caer de esta manera por él, en especial si tengo pensado irme, pero es que no puedo evitarlo. Él… me encanta, realmente lo hace y no puedo alejarme tan fácil, mucho menos cuando hace cosas como la que hizo.Luego de que me mostrara la grabación, lo vi llamar a un detective que al parecer lo está ayudando con el caso, este apareció 15 minutos después en la casa y nos hizo preguntas sobre mi ex antes de llevarse la grabación y prometernos tenernos al tanto.Dejo salir un suspiro somnoliente y de inmediato siento como su brazo se posa sobre mi cintura y tira de mi cuerpo hasta girarme y tenerme pegada a su torso desnudo.—Buenos días, llorona.Dios, casi quiero derretirme. Él recién levantado se ve impresionante. Su cabello está despeinado haciéndolo ver muy sexy, sus ojos oscuros brillan con in
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54. Vamos a ayudarte
AbigailCuando salimos de la comisaría tengo una idea loca rondando en mi cabeza. Idea que no me va a dejar en paz hasta que no la diga en voz alta—Chris—lo llamo y él voltea momentáneamente a verme mientras maneja. Desde que volvió a caminar ha estado manejando por su cuenta.—¿Qué sucede, llorona?Pienso muy bien la mejor manera de decirle lo que tengo en mente, pero al final termino simplemente dejándolo salir.—Quiero ir a la empresa.— le digo y veo como él frunce el ceño.—Hacia allá vamos…—No, no a esa— lo interrumpo y juego nerviosa con mis manos— Quiero ir a la que era mi empresa.El silencio se apodera del auto por algunos segundos que se me hacen eternos, antes de que Christopher reduzca la velocidad del auto y termine parqueando a un lado de la acera.—¿Por qué? —Me pregunta y me alivia ver que se está tomando las cosas con calma.—Yo sé que puede parecer una locura— empiezo a decirle— pero me gustaría hablar con los que eran los empleados de confianza de mi padre, tal v
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55. El accidente
ChristopherLas cosas se han calmado entre Abigail y yo. Ya han pasado dos días desde que su ex fue detenido por evasión de impuestos y que ella se reunió con los antiguos trabajadores de su padre.Sin embargo, me puedo dar cuenta que hay algo que la tiene inquieta. Hay algo en la manera en que ella me mira, que la hace lucir pensativa y triste y lo cierto es que no me gusta para nada esa mirada.La misma que tiene justo ahora mientras tomamos el desayuno, antes de ir a la empresa.—No sabía que desearas tanto tener un hijo mío— digo, sin poder contenerme.Veo como el cubierto de Abigail quedó a medio llevar hacia su boca, mientras que su rostro se gira con rapidez hacia mi.—¿A qué te refieres?—su pregunta es cautelosa y nerviosa, lo que me confirma que estoy en lo cierto.—Puedo notarlo, llorona— le digo— Sigues dándole vueltas a la discusión que tuvimos sobre los hijos.Ante mis palabras veo como ella aprieta con fuerza el cubierto y desvía la mirada por unos segundos antes de volv
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56. Ya no está
AbigailEl karma puede ser toda una perra. No dejo de pensar en eso, mientras siento como mis labios tiemblan y hago todo lo posible por retener las lágrimas.No esperaba hacer esto hoy, pero entonces Christopher volvió a tocar el tema de los hijos y Dios, él está tan decidido a que no quiere tenerlos, que yo decidí entonces que no quiero esperar más por un cambio que evidentemente no sucederá.Sin detenerme un momento a pensar, tomé mi celular llamé a Steven y le dije que hoy sería el día, él me dio algunas indicaciones sobre el momento de llegar al hospital y luego solo debía fingir una caída y listo. Pero, como sucede siempre en mi vida, las cosas no resultaron tan sencillas. Bajé las escaleras pisando fuerte y se suponía que al llegar a los últimos escalones tiraria de uno de los cuadros de la pared para que el ruido llamara la atención, antes de fingir la caída, pero, cuando fui a tomar el cuadro tropecé con mis propios pies y caí.Hice todo lo posible por proteger mi abdomen.
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57. Sacrificios
AbigailChristopher no ha dejado de cuidarme desde que llegamos a casa, de hecho no ha dejado de hacerlo desde el momento en que salimos del hospital.Se ha encargado de que la habitación, la suya que ahora es nuestra, tenga todo lo que yo necesito a la mano, incluidos todos mis implementos de aseo, mi ropa, mis zapatos… Todo.Además asignó a una de las empleadas de la casa para que se encargue única y exclusivamente de atenderme a mi, lo cuál me ha parecido un poco exagerado, pero él ignoró por completo mi comentario y bueno, para qué voy a mentir, a pesar de todo el desastre que es mi vida, este pequeño momento me hace sentir querida.Lo cuál solo me hace muy consciente de que entre más tiempo decida quedarme, más dolerá cuando me vaya.—Chris, ¿puedo pedirte un favor?Él al escucharme, levanta el rostro de los papeles que está revisando en el escritorio y me da toda su atención.—Dime que necesitas, llorona.Juego con mis manos, porque me siento un poco nerviosa. De hecho desde que
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58. Estás despedida
ChristopherHan pasado cuatro días desde que Abigail ha estado guardando reposo en casa y según sus palabras está a punto de enloquecer. Es por eso que, aunque no estoy del todo de acuerdo, hoy va a ir nuevamente a la empresa conmigo. Al menos voy a tenerla cerca y así podré estar pendiente de que no le pase nada.—¡Estoy lista!— veo hacia el pasillo y la encuentro caminando hacia mí con una enorme sonrisa en el rostroSe ve increíble llevando ese conjunto ejecutivo de falta pitillo negra con esa camisa blanca y mejor ni miro hacia sus tacones, porque eso solo hace que ideas bastante calientes se formen en mi mente.—Pareces emocionada, llorona.Ella deja salir una risita y se acomoda mejor el boldo en el brazo, antes de llegar a mi lado.—Lo estoy, prefiero mil veces trabajar que quedarme encerrada. El encierro me recuerda a la época en la que estuve deprimida y lo odio.Bueno, yo recuerdo muy bien esa época. Casi parece que fueran dos mujeres distintas: la de antes y la de ahora. S
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59. También me encantas
AbigailLuego de que Christopher saliera de la oficina recibo una de las mejores noticias que me han dado en mucho tiempo: Mi empresa fue aprobada. Dios finalmente la empresa del ectranjero puede entrar en funcionamiento y yo no puedo contener mi alegría,Mel me está hablando como lora por el celular mientras que me da toda la información que tiene respecto al tema. Lo hace, hasta que el sonido de un teléfono sonando nos interrumpe.Al principio no se de donde viene, hasta que mis ojos ven que Christopher en medio de su afán, ha dejado olvidado su celular y los señores Rodriguez lo están llamando.Con la promesa de verme más tarde con mi amiga, termino la llamada y salgo lo más rápido posible hacia el área de finanzas para llevar el celular, sin embargo lo que me encuentro al llegar a la sala de juntas consigue sacar lo peor de mí.Al principio no abro la puerta, no es necesario, los gritos se pueden escuchar claramente desde afuera.—¡Me haces venir aquí a perder el tiempo! ¿ CREE
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60. Sal de ahí
Abigail Casi dos semanas después puedo decir felizmente que mi empresa está en funcionamiento. No fue sencillo conseguir en tan poco tiempo la persona idónea que se hiciera cargo de todo mientras yo me encuentro acá, pero al final creo que dimos con el indicado. Melissa, viajó hasta Alemania por cinco días y hoy, en su regreso, estamos poniéndonos al día con todo lo que encontró. —La locación es preciosa— dice Mel mientras me extiende una tablet donde efectivamente veo lo linda que es la empresa—Aún no tenemos muchos empleados, pero sí los suficientes. Lo importante es que empiecen a cazar clientes. Asiento mi cabeza en su dirección porque eso es muy cierto. La empresa en sí que hemos creado es una agencia de Marketing, publicidad, comunicaciones y soluciones legales. No solo vendemos la marca, sino que además nos encargamos de limpiar sus mierdas. O al menos las que podamos. —Si, debemos hacernos visibles en el mercado cuanto antes— le digo— yo no tengo demasiado tiempo. Como
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