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Todos los capítulos de La sumisa del monstruo : Capítulo 31 - Capítulo 34
34 chapters
30// Partida doble
Los chicos se estaban preparado, irían a donde estaba Florencia, su tortura comenzaba ahora. Pero lo que ella no espera, que Alessandra era la hermana de los Ricci. Su final tal vez llegaba hoy, Orlando no la iba a perdonar todo lo que le ha hecho, todos irían a la cabaña a por ella y hacerla sufrir. Salieron de la mansión y subieron al todo terreno, rumbo a la cabaña de. Florencia parecía estúpida, creyendo que se iba a burlar de los líderes. Iban a torturarla hasta hacerla agonizar, tocó lo que Orlando amaba. Cuando llegaron, los seis bajaron del auto, caminaron hasta llegar a la puerta, Orlando miró por la ventana y la vio sentada viendo la televisión. Miró a sus amigos. Paolo y Enzo, fueron por la parte trasera, Franco y Maurizio, fueron por la puerta de la cocina, Orlando, Giovanni y Mariano, se quedaron en la puerta principal. Giovanni tocó a la puerta y Florencia no tardó en abrir. Cuándo les vio, abrió sus ojos sorprendida, más bien asustada. No podía creer que la encontrar
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31// Espósito
La pareja salió de la consulta felices, pero callados. Orlando aún no se creía que iba a ser papá de mellizos, no podía ocultar su felicidad y lo iba a ser con su bella pelirroja. La cogió de la mano y la besó el dorso de este, la puso en frente de él. —Me has hecho el hombre más feliz del mundo. — ella sonrió. — La vida me ha regalado, lo que yo perdí hace tiempo y un regaló muy hermoso. —Mi amor, éstos bebés te amaran incondicionalmente y la vida nos regaló estos maravillosos bebés por tu dolor. — la besó. —Grazie amore mio. — Alessa le besó y entraron en el auto, rumbo a la casa. — Hoy podemos cenar con todos y darles la noticia. —Me parece una maravillosa idea. — lo apoyó con una sonrisa. —Alessa, vive conmigo. — ella arrugó su ceño. — vivamos juntos como una pareja. —Orlando, pero si prácticamente vivo contigo. — sentenció. — Pero si, me gustaría vivir contigo. —Ti amo. — la besó el dorso de la mano. Cuando llegaron a la casa, ella fue directamente a llamar a su hermano y
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32// Papá
Habían pasado unas semanas, Orlando y Alessa estaban mucho mejor, más felices que nunca. Sus bebés crecían de maravilla y muy sanos, Alessa había subido un poco se peso, pero hacía ejercicio. Orlando estaba lleno de felicidad y no podía ocultarlo, en su cara se reflejaba la alegría. Cuando perdió a su hija, lo destrozó y lo perdió todo. Pero la vida le había regalado dos bebés, dos hermosos bebés, que crecían en el vientre de su bella pelirroja. Y está vez iba tener cuidado, mucho cuidado, confiaba en ella ciegamente. Hoy tenía que estar en el club, Alessa dejó de trabajar en el local como camarera. Esta también mandaba y daba órdenes, nadie se atrevía a levantarla la voz o acosarla. Era la Mujer del dueño y tenían que respetarla. Eran las 3:00 de la madrugada y la música del club se escuchaba, Pero él estaba en su Oficina sentado, mirando unos papeles. Alessa entró al local, su vientre ya se notaba, no mucho, solo un poco. APero al llevar dos bebés, el vientre era más grande. Cam
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Epílogo
Cuando llegaron a Sicilia, Orlando llevaba a su hija cogida de la mano. Entraron en la casa, la niña estaba nerviosa y callada. Orlando la miraba aún no creía que su pequeña estaba viva, iría a por Alessa y se lo diría. Orlando las llevó al salón y la sentó en el sofá, Orlando se puso a su altura. —Yo voy hablar con Alessa y ella será una mami para ti. — la acarició la mejilla.El italiano subió las escaleras y cuando abrió la puerta, la pelirroja no estaba en la cama. Escuchó en agua del baño y fue directo hasta allí. Pero antes de que pudiera abrir, esta fue abierta y Alessa salió pegándose un susto. —¡Joder amore! Que susto. —él sonrió. —¿Cuando llegaste? —le abrazó por el cuello. —Ahora mismo, necesito decirte algo. —ella asintió con el ceño fruncido, la llevó hasta la cama y la sentó. —¿Recuerdas cuándo te dije que iba a ser papá? —ella asintió. —Pues... Me acabo de enterar que ella está viva. —Alessa abrió sus ojos como platos. —Se llama Sarah y tiene 9 años. —la pelirroja l
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