Todos los capítulos de Deseo en XL Luchando por ser Feliz: Capítulo 1 - Capítulo 10
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ILUSIONES QUE SE CAEN A PEDAZOS
Sara Christine, una joven que nació en Londres, sus padres tenían una economía estable, eso les daba la oportunidad de darle de todo a su única hija, quien padecía de obesidad. Los pediatras le aconsejaban que la mantuvieran con una dieta permanente para evitar posibles enfermedades que surgen por el sobre peso.Les dolía el corazón que ella pedía de comer lo que era prohibido, que al final le terminaban dando, siempre decían de vez en cuando no es malo, sin imaginarse que a largo plazo ella sufriría las consecuencias. A su corta edad ella supo lo que es ser despreciada por su propia familia sin saber el motivo que origino ese odio.Sara creció sin complejo por el amor que sus padres le daban, haciéndola sentir siempre bella. Ya que ella había venido a ser una pieza importante en su felicidad, Samanta, la esposa de Oliver, era estéril, después de quince años de matrimonio se dio cuenta de la dura realidad.—Mujer tranquila, la niña será feliz.—Es que no quiero que después se sienta m
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LA FELICIDAD NUNCA VIENE SOLA
En una familia donde eres una amenaza económica, el desprecio y la humillación están en todo momento. Oliver está preocupado por su hija que acaba de perder a su madre. —¿Te preocupa esa arrimada? ¡Es el colmo contigo, hermano! —No te expreses de esa manera Vanesa, a ella le ha dolido la partida de su madre. —Sabes que no es nada de nosotros, no sé por qué te empeñas en seguir teniendo a esa gorda. Mejor concéntrate en tu trabajo. —No te permito que te expreses de esa manera, ella es mi hija, Samanta y yo la adoptamos legalmente desde que nació. —Por favor hermano, sabes que esa chica solamente te estorbara, tú tienes mucho trabajo, debes enfocarte en hacer crecer la herrería. Nuestros gastos han aumentado y queremos que nos subas la tarifa de lo que nos das. —Ese es mi problema, por favor ya párale con ese odio que le estás enseñando a tus hijas. La tarifa seguirá igual, yo también tengo gastos. Además, es lo justo lo que les doy. —Mis hijas simplemente expresan lo que sienten,
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QUEDANDO SOLA
Oliver por fin pudo ponerse en contacto con una de sus hermanas, estaba tan preocupado que no le puso cuidado a una punzada que le dolía en el pecho. Al escuchar la voz de su hermana se alegró de que por fin cayera la llamada. —¿Qué quieres? Habla que no tengo mucho tiempo, estoy por irme al Spa. —Hermana, he tratado de llamar a mi cuñado y mi hermana y ninguno me contesta, no sé qué les está pasando. —¡Ah! Ellos se fueron del país por motivo de vacaciones, ahora viven en Europa, es que acaso no te dijeron nada. Hermano, estás muy alejado de la familia que no sabes nada de nosotros. —No lo sabía. ¿Cuándo se fueron? — el dolor aumento. —Hace unas semanas se fueron, no se dé donde agarraron dinero, porque para esos lujos hay que gastar mucho billete. Oliver, escucha la voz de su hermana muy lejos, no puede creer lo que está escuchando, colgó la llamada y con ayuda del empleado, quien lo ayudo a subirse al auto, condujo despacio hasta su casa. El dolor cada minuto era insoportable
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UN HOMBRE DE CUIDADO
Buscó en sus cosas a ver si había algo de valor que podría vender, para poder comprar comida, por lo menos para esta semana, pero cada objeto le recordaba a su difunto padre, y se le hacía difícil deshacerse de ellos. Ahora su vida se ha complicado aún más, y no puede recurrir a sus tías, porque sabe que la odian a muerte. «Que haré, tengo que pensar en algo, no puedo perder lo que mi padre me ha dejado, jamás perderé esta propiedad, juro que haré lo que sea para mantenerla, te lo prometo papito» —pensó, mientras busca cosas de valor. Al final no encontró nada, bajo a cenar y le contó a Francisca que no encontró trabajo, La mujer mayor la animo, que esperará unos días y después lo intentará de nuevo. Nunca se sabe cuándo la suerte les cambia a las personas, en estos momentos se reprende no haber aceptado las joyas que su padre le ofrecía en el pasado, siempre ella se negaba, porque no salía a ningún lado. Después de un mes las cosas se complicaron más, por el hecho que les cortaron
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EN CONSTANTE PELIGRO
*AARÓN* Le tomo del cabello, le doy un beso agresivo mordiéndole el labio inferior, y tirándola con fuerza lejos de mí, bien sabe que cuando quiero algo lo tomo sin preguntar, no necesito que se me ofrezcan. —Ahora vete y haz tu trabajo. —Me rompiste el labio, con que me dijeras que no, era suficiente. —Para la próxima medita muy bien tus palabras y movimientos. Ahora lárgate a tu trabajo, dentro de dos semanas viene otro cargamento de chicas, te quiero alerta, ya que al principio se quieren escapar. —Bien sabes que a mí no se me escapa una, soy tu mejor empleada. —Eso espero, porque ya tengo compradores potenciales, por eso quiero viajar esta semana antes de que llegue ese cargamento. —Cuando regreses las chicas ni parecerán pueblerinas. —Ya sebes el discurso, a cada una se le dará una cuota para que ayude a sus familias, así las mantenemos contentas haciendo mejor el trabajo. —Ya tengo cubierta esa parte, mejor me voy, no dejo de sangrar por tu culpa. —Ya lárgate. Me enfer
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DESPROTEGIDA
*AARÓN* Al encender la laptop lo primero que hago es revisar el correo, en cuanto lo abro una foto me llama la atención, “quien lo iba a decir la gordita sexi es la deudora”, qué casualidad, aunque no creo en las casualidades, pero esa chica no me conoce. Llamo a Sergio. —Halo, dígame, señor. —Sergio, tráeme a esa chica a mi casa, vendales los ojos porque no quiero que me vea. Quiero escuchar lo que tiene que decir. —Entendido, señor, ella se pondrá muy contenta. —ya veremos si las casualidades existen y hasta donde es capaz de llegar por pagar lo que su padre me debe. Al día siguiente, Sergio me avisa que viene con ella, y ha hecho lo que le he ordenado, de alguna manera ella me devolverá mi dinero, aún no sé nada de ella. Una de las sirvientas toca la puerta de mi despacho, le digo “Adelante” —Señor, el abogado llego. —ordeno que pasen. —Buenos días, señor. —lo miro entrar solo. —¿Vino la chica? —no me gustan los rodeos. —Si señor. Ella espera en la sala. —¡¡Porque carajo
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CON ESTIMA BAJA
Sin mirarlo al rostro salió corriendo de ese sitio, bajo las escaleras aprisa, corrió hasta salir de la propiedad de él, se orientó porque se siente aturdida y noto que su casa no está lejos de ahí, así que decidió caminar. «Papá, porque te fuiste, que haré ahora con semejante deuda, ese hombre quiere su dinero, que voy a hacer» las lágrimas no la dejan ver bien el camino, se limpia para proseguir su andar. Camino durante media hora, hasta llegar a su casa, la nana se alarmó al verla llegar con la orilla del pantalón sucio y al igual sus sandalias, pero lo que más le alarmo fue su rostro, sus ojos hinchados y rojos, al igual que su nariz. —¿Hija, que fue lo que te pasó? —le abrazo, Sara lloro en su hombro, sabe que todo está perdido. —Hemos perdido todo, no pude llegar a ningún arreglo con él, estamos en la calle, nana. —lloró más fuerte al escucharse así misma que ya no posee nada— Soy una inútil, que haré de ahora en adelante, vamos a quedar en la calle. —No te preocupes, que Di
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BUSCANDO AYUDA
Al día siguiente Sara se levantó con más ánimos, se mentalizó que con llorar no iba a solucionar nada, una luz volvió a surgir en su interior, junto con su nana se sentaron en la sala, suspiraron las dos y se rieron porque ya llorar no se puede. La nana le acaricio su mano para darle ánimos y marco el número del médico que un día le dijo que contara con él. —Halo, buenos días, con quien desea hablar. —Con el doctor. —Es una paciente o es primera vez que llama al consultorio del doctor Lendos —Dígale que le habla Sara, que soy la hija de su amigo Oliver Moore —Permítame un segundo. —espero unos minutos —Halo, Señorita Sara, qué sorpresa recibir su llamada. —Doctor, gracias a Dios que me contesta y me recuerda. —Como no recordar a la hija de mi amigo, dígame el motivo de su llamada. —Necesito hablar con usted, es mi última esperanza en estos momentos difíciles. —¿Qué le está pasando, la noto angustiada? —¡Doctor! ¿Cree que podamos vernos? —Ven a mi casa mañana, es mi día libr
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BESADA ACCIDENTALMENTE
Esa noche se quedó a dormir ahí, una habitación muy pequeña para ella, pero por lo menos se respiraba tranquilidad, aunque con el pensar que pronto perdería todo. A la mañana siguiente, el médico la despacho dándole un dinero para que comprara algo en el camino, cosa que ella no rechazó, no quería pasar otra vez la agonía que paso cuando venía. Compraría esa barra de chocolate que tanto anhelaba. El taxista la dejo en la estación, estaba meditando como se lo contaría a la nana, aunque perdieran la casa no quedaran a la deriva, por lo menos tendrán un techo y trabajo, eso ya era algo. Camino hacia la ventanilla de pago cuando un hombre la tomo del antebrazo. Ella se sobresalta, no conoce al tipo, él la arrastra por el pasillo. —Camina y no hagas ninguna escena, porque aquí no más te mueres. —¿Qué quiere?, no tengo dinero, se lo juro. —¡Cállate y camina, no hagas nada estúpido! —Sara no sabe lo que ocurre, la asusto que debajo del saco el hombre cargaba un arma de esas que veía por l
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NADA SALE COMO ÉL QUIERE
*AARÓN* Ella siente mejoría, ya que su respiración es más fluida, en cuanto ve quién le ha ayudado, se quedó en shock, por el hecho de que ella me conocía, soy el mismo que ayudo hace tiempo. —Puedes respirar. —ella asiente con la cabeza, en eso me queda viendo sin pestañear. —¡Es usted! —nada más, eso dijo y se desmayó. Vale que al momento llego el médico, entre los tres la subimos a la cama, él la examina. Después de un rato, el doctor me explica de que padece ella. —La joven presenta un severo trastorno de ansiedad, es una respuesta bastante normal a eventos estresantes de la vida como mudarse, cambiar de trabajo o tener problemas financieros. Sin embargo, cuando los síntomas de ansiedad se vuelven más significativos que los eventos que los desencadenaron y comienzan a interferir con la vida, los trastornos de ansiedad pueden llegar a ser debilitantes, pero es posible controlarlos con la ayuda adecuada de un profesional médico. Reconocer los síntomas es el primer paso. —¡Me es
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