Abro los ojos y, lo primero que encuentro, es su precioso rostro frente al mío. Sonrío, emocionada. Me apoyo sobre uno de mis codos para observarlo dormir. Es hermoso y mío, totalmente mío. Cuando desperté en aquel hospital y me di cuenta de que no podía recordar parte de mi pasado, sentí mucho miedo. Fue un gran shock para mí el descubrir que la vida que recordaba, ya no existía; que había desaparecido como por arte de magia. Aquella situación me llenó de inseguridad y desconfianza. Sin embargo, todos mis miedos quedaron hechos polvo en el momento en que este maravilloso hombre se presentó ante mí como el caballero de brillante armadura y se hizo cargo de mí sin pensárselo dos veces. Sigo sin recordar nada sobre nosotros, ni sobre el día en que nos conocimos, no obstante, conocerlo, ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Oigo latir mi corazón con tanta fuerza, que en ocasiones me pregunto, si de verdad lo que sentí por Dalton fue amor. Para ser sincera conmigo misma, nu
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