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Todos los capítulos de Seduciendo a mi enemiga: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 31 Corazones expuestos
Después de pedir algunos bocadillos para nosotros, entro al cuarto de baño y sonrío al verla parada en medio de la habitación, nerviosa e impaciente.―¿Pasa algo, cielo? ―niega con la cabeza. Me acerco a ella, sujeto su mentón y hago que me mire a los ojos―. ¿Qué es?Insisto. Se relame los labios y se atreve a decirlo.―Es que, después de lo que pasó entre nosotros ―mis músculos se tensan y me preparo para que me diga que está arrepentida. Me mantengo en silencio y la escucho con atención―, no sé si pueda renunciar a ti.Aquellas palabras me causan furor.―Entonces, quédate conmigo, Vicky ―pego mi cuerpo al suyo y hago contacto ligero con sus labios―. Es a mi lado donde debes permanecer, cariño, porque estamos hechos el uno para el otro.Sonríe, pero esta no les llega a las esquinas de sus ojos.―En mi situación, no es tan fácil tomar una decisión como esa, Ethan ―indica preocupada―. Sin embargo, ya no me siento segura de nada.Le devuelvo la sonrisa, porque a pesar de todo, la compre
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Capítulo 32 Juntos somos perfectos
La experiencia de amanecer con ella entre mis brazos, por primera vez, fue reveladora y trascendental. La amo, ahora estoy seguro de ello. La quiero en mi vida, tenerla de todas las formas y maneras posibles que existan. Sé que nuestra situación es complicada, pero entregaré mi alma y corazón para encontrar una salida que nos beneficie a los dos y nos permita estar juntos para siempre.Sé que la conozco desde hace poco tiempo, pero lo suficiente como para saber que es la mujer que he estado esperando durante toda mi vida. Lo supe casi desde el mismo instante en que la vi. A pesar de lo predispuesto que estaba por odiarla por haberme quitado lo que por derecho me pertenecía, mi corazón se volvió un blanco fácil para aquella mujer de ojos celeste que me puso a sus pies de manera inevitable. Río y niego con la cabeza, ¡vaya sorpresa la que el destino me tenía preparada!Vicky se mueve entre mis brazos y hace que la sábana se deslice por su cuerpo, para dejar expuesta su hermosa figura de
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Capítulo 33 Una propuesta inesperada
Despierto con el sonido de un teléfono que está repicando con insistencia el algún lado de la habitación. Reconozco el tono, es el mío. ¿Quién llama a esta hora de la madrugada? Abro los ojos, completamente alarmada. La luz de la luna se cuela por la ventana y me permite ver el rostro masculino del hombre que duerme desnudo, debajo de mi cuerpo. Admiro sus hermosos rasgos y me inclino para dejar un beso suave sobre sus labios. Lo amo, ya no tengo razones para negarlo, pero no soy libre para decírselo.No despierta, así que no lo molesto. La faena lo dejó agotado. Sonrío feliz y me muevo con cuidado para no incomodarlo ni interrumpir su sueño. Salgo de la cama y cubro mi cuerpo con la bata que está tirada en el piso. La noche fue loca y desenfrenada. Nuca antes tuve tanto sexo en tan pocas horas ni amante tan exigente como él. Por supuesto, Ethan y Dalton han sido los únicos hombres de mi vida, pero mi prometido nunca fue tan amoroso, dedicado y ardiente, como lo es este hombre. Me rub
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Capítulo 34 El día más feliz y dichoso de toda mi vida
¿Su esposa?Aquellas palabras me dejan sin aliento. Me le quedo mirando como si no lo comprendiera o me hubiera hablado en un idioma totalmente diferente. Las revoluciones de mi corazón se multiplican en milésimas de segundos y mis pulmones se quedan sin aire. ¿Acaba de pedirme que me case con él?A pesar de que su propuesta es inesperada y hecha sin la más mínima preparación, es decir, en un contexto nada apropiado y mucho menos que romántico, causan el efecto deseado.―Reconozco que no hay una pizca romanticismo al hacer esta propuesta en medio de una habitación de hotel y completamente desnudos ―sonríe como niño travieso―, pero mis palabras son sinceras, Vicky ―mis piernas se tornan flácidas, por fortuna, él lo nota, antes de que caiga de rollito sobre el suelo―. Te prometo, que en la próxima ocasión te daré rosas y un anillo de compromiso, pero, ahora mismo, lo único que necesito es que me digas que quieres casarte conmigo ―me aprisiona contra su cuerpo y me sorprende con un beso
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Capítulo 35 Lo que el destino nos depara
Después de colgar la llamada, llamo a la recepción y pido que me suban el desayuno. Aprovecho la oportunidad y me doy una ducha rápida. Veinte minutos después, salgo del baño y regreso a la habitación.Me pongo un vestido veraniego y saco mi computadora personal del maletín para aprovechar el tiempo trabajando. La coloco sobre la mesa y abro mi correo para revisar los mensajes y meterme de lleno al trabajo. Mientras respondo algunos mensajes, oigo un par de toques a la puerta.Me levanto de la silla y camino hacia la entrada.―Buenos días ―me indica el camarero―. Traigo su desayuno.Abro la puerta para que entre y deje toso sobre la mesa. Me acerco al mueble y saco de mi cartera la propina y se la entrego, antes de que abandone la habitación. Mi estómago cruje del hambre.Vuelvo a la silla y devoro todo el desayuno en cuestión de pocos minutos. Con el vaso de jugo de naranja en la mano, me acerco al balcón y quedo fascinada con el hermoso día soleado que está haciendo y con lo azul qu
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Capítulo 36 Una noche perfecta
En tres días estaremos volviendo a Estados Unidos y no quiero irme de aquí sabiendo que ella volverá a los brazos de ese imbécil. Lo tengo decidido. Voy a poner todas mis cartas sobre la mesa y hacer lo que debo hacer para retenerla a mi lado.Después de recorrer todas aquellas áreas que están incluidas en el proyecto de remodelación, Jeremy y yo, volvemos a su oficina.―¿Crees que hay alguna posibilidad que el tiempo de ejecución se adelante una semana?Es bastante complicado, pero no imposible.―Por supuesto, Jeremy, no obstante, antes de confirmártelo quiero estar seguro de que podemos hacerlo.Asiente en respuesta. Su teléfono suena, así que aprovecho la oportunidad para repasar toda la información que levanté durante el recorrido a las instalaciones y hago cálculos mentales. Sin embargo, mis pensamientos me llevan al Penthouse de este hotel. Lugar en el que se encuentra la mujer de mi vida.Me levanto de la silla y me dirijo a la ventana para disfrutar de las preciosas vistas que
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Capítulo 37 El mejor hombre del mundo
Esta acaba de convertirse en la mejor noche de toda mi vida. Ni en sueños habría imaginado algo como esto. La verdad, es que me ha tomado por sorpresa. Pero, ¿qué voy a contestar? Quiero decirle que acepto ser su esposa y saltar a sus brazos mientras grito de emoción y felicidad. Sin embargo, la sortija que llevo incrustada en mi dedo anular izquierdo me obliga a mantener ese sí, que quiero darle atrapado dentro de mi boca.Lo observo postrado sobre su rodilla derecha, nervioso e inseguro, pero arriesgado y valiente. ¿Cómo no estar enamorada de un hombre tan maravillosos como este? Los latidos de mi corazón se escuchan fuertes y sonoros por encima de la voz del joven que interpreta la hermosa canción que sirve de fondo a la petición más maravillosa que me han hecho en toda mi vida. ¿Alguna vez me sentí tan emocionada? Esta vez mi corazón, mi alma y mi amor están comprometidos al cien por ciento con esta relación. No me di cuenta, sino hasta ahora, de que no estaba enamorada de Dalton,
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Capítulo 38 El primero y el último al que amaré para el resto de mi vida
A pesar de que esta noche no he conseguido que acepte ser mi esposa, estoy satisfecho por la manera en que las cosas están marchando. Por supuesto, estaba consciente de que esto podía suceder, sin embargo, estaba seguro de que, bajo otras circunstancias, Victoria no habría dudado en aceptar la propuesta. ―Bajemos al camarote, cariño ―le hago una señal a los músicos para que se retiren y nos dejen solos―, estás achispada, está cerca de dar la media noche y las sorpresas aún no terminan. Ella me mira risueña, me rodea del cuello con sus brazos y se alza en la punta de sus pies. ―¿Sabes por qué te amo? Me hago el idiota mientras sonrío como un tonto enamorado, loco y perdido por el amor de esta hermosa mujer. ―No tengo ni la más mínima idea ―la rodeo con mis brazos y le pego contra mi pecho―, pero te aseguro que tengo una lista de opciones que pueden convertirse en la respuesta correcta para tu pregunta. Alza una de sus cejas y me observa divertida y curiosa. ―¿Ah, sí? ―pregunta, i
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Capítulo 39 La gran sorpresa de mi vida
Despierto, al sentir besos por toda mi espalda. Giro mi cuerpo y me consigo de frente con esos ojos oscuros que me observan con hambre y seseo, pero, al mismo tiempo, con amor y adoración. ―Buenos días, cariño. Se inclina y me da un beso en los labios. Se ve hermoso, guapo e imponente con ese traje azul de tres piezas que lleva puesto. ―Buenos días, amor ―me cuelgo de su cuello con mis brazos y lo atraigo más cerca. Sonríe a pesar de que sabe que estoy llenando de arrugas su bonita camisa de lino―. ¿A dónde vas tan temprano? Elevo la mano y acaricio su rostro perfectamente rasurado. ―Acaba de llamarme Blackwood, quiere que nos reunamos en su oficina, al parecer quiere agregar unas nuevas modificaciones. Hago un puchero de tristeza. ―Creí que pasaríamos el día, encerrados en esta habitación ―susurro en tono sugerente―. Aún tengo mucho que dar. Atrapo su labio inferior entre mis dientes y tiro de ellos con suavidad. El gesto provocativo y travieso lo hace gruñir. Me envuelve entr
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Capítulo 40 Fuera de control
Mis ojos se abren como platos y mis nervios se disparan al máximo. Su mirada es fría y escalofriante. Intento alejarme, pero antes de que lo haga me toma del brazo con brusquedad y me mete a la habitación. Mis temores más profundos se hacen realidad, es el momento de enfrentar la verdad, aunque las consecuencias sean catastróficas. No puedo seguir ocultando esto, debo confesarle la verdad, decirle que amo a otro hombre. —¿Qué crees que hago en este lugar Victoria? ― con sarcasmo―. ¿Pensaste que me quedaría con los brazos cruzados mientras ese maldito intenta quitarme lo que es mío? Me empuja sobre el sillón de manera violenta. Sus ojos echan fuego y destilan una ira infinita que hace que mi piel se erice por completo debido al temor. ―Me estás haciendo daño ―le indico con la voz temblorosa―. Debes calmarte, antes de que hagas algo de lo que te puedas arrepentir. Me mira como si me hubiera salido una nueva cabeza. ―¿Calmarme? ―escupe, iracundo―. Te vas sin decirme nada, me cuelgas
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