—Lo siento. —dice separando sus labios—. Es solo que…—No digas nada. —coloco mi dedo índice sobre sus labios para evitar que palabras de arrepentimiento broten de sus labios.Asiente con un leve movimiento de cabeza sin apartar el contacto visual. Me pierdo en sus hermosos ojos, queriendo estar así por el resto de mi vida.—¿Qué han dicho del estado de salud de tu madre?, ¡cómo fue el interrogatorio con la policía?, ¿tú padre se encuentra fuera de peligro? —sin evitarlo comienzo a hacer pregunta tras pregunta sin darle tiempo a nada.—Calma, pareces metralleta. –esboza una leve sonrisa—. Mi madre ya se encuentra estable, por la impresión le dio una baja de azúcar y bueno por eso pasó lo que pasó. El interrogatorio fue una tortura, por más que preguntaban una cosa u otra, la respuesta siempres fue la misma. No había nadie en el momento que lo encontré y algunos jarrones y cosas quebradas, pero no tengo idea si robaron algo o simplemente fue…La veo quedarse pensativa, puedo escuchar c
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