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Todos los capítulos de Deseo Profundo : Capítulo 21 - Capítulo 30
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LA CAÍDA DE SPARROW
09 de abril de 1741 (cinco meses antes)Catherine y sus hombres se vuelven a reunir. Sutton y Selwyn habían aprovechado la separación para hacer reconocimiento en todo el lugar. Aún no hay rastros de Roger Sparrow por ningún lado, pero si lograron contabilizar a todos los piratas que se encuentran en el santuario. Son en total quince hombres, bien armados, pero desprevenidos.—Debemos matarlos a todos sin que se den cuenta, ni den la alarma. Si Sparrow no está aquí, es porque debe estar en la caleta, pero no iremos hasta allá a buscarlo, dejaremos que venga solo hasta nosotros. —La capitana explica su plan a los seis marinos reunidos a su alrededor en un círculo.—Hagan su trabajo, sean sigilosos, si los descubren, estaremos jodidos —les dice Heinrik.—No se preocupe mi capitana. Lo haremos en menos de lo que canta un gallo —asegura Sutton.—Bien, dispérsense.Los hombres de Sparrow están por todo el lugar; no serán difíciles de sorprender, lo complicado es asesinarlos y no dejar la e
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NUEVA PERSPECTIVA
01 de septiembre de 1741 Desde que Evelyn había sido colgada, las cosas en la isla estaban tensas. Los marinos reclamaban a los señores piratas el hecho de que desconocían si en cualquier momento, la armada y la flota del rey Julius III vendría a atacar Birronto y desmontar así, una de las sociedades de piratería del mundo. No podían estar seguros de nada, pero ninguno de ellos se atrevía a surcar el mar hasta Queen Bay para averiguar la verdad de todo eso. Catherine es la única que no puede dejar de pensar que el único que podría responder esas dudas es el comodoro. Sin embargo, la última vez que quiso tenderle una trampa para sacarle información, lo único que había conseguido es que él la viese como Dios la trajo al mundo. Su padre había vuelto de a dónde sea que se había ido, y eso la intriga, pero lo que realmente quiere es pedirle que la deje ir a Queen Bay a buscar de nuevo al comodoro. No le ha comentado a Arden la idea porque no está segura de que la apruebe. Esa tarde se v
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SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
9 de abril de 1741 (cinco meses antes) Catherine se separa abruptamente del pirata, quien abre los ojos con lentitud después de aquel beso apasionado. Queda perplejo ante ella. Sus mejillas se han sonrojado y no puede evitar sentir un calor intenso que le recorre el cuerpo hasta su sexo. Ya no quiere seguir negando la atracción que hay entre los dos, y es más que evidente que él se siente igual por ella. Arden la mira con un ardiente deseo. Unas ganas locas de arrancarle la ropa en ese momento lo poseen. Catherine es tan hermosa que no puede entender cómo es que todo este tiempo ha logrado contenerse ante sus encantos. El pecho de la capitana sube y baja con agitación. Ella también lo mira como si quisiera comérselo de un bocado. Arden lleva los brazos descubiertos y se le marca cada vena y cada músculo de su cuerpo, y de pronto tiene ganas de que esas fuertes manos sujeten sus caderas y la haga temblar de placer. Se quedan allí de pie frente al otro, y tienen un juego de miradas,
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NAVEGANDO EN ALTA MAR
05 de septiembre de 1741Hace cuatro días que el fantasma del pacífico ha zarpado desde Birronto, y finalmente han llegado a la ruta marítima por donde pasan los barcos del Rey de Regoria. Catherine trata de mantenerse ligeramente camuflada usando la luz del sol a su favor, mientras esperan pacientes para interceptar alguno de los navíos con cargamentos importantes.Este día el mar está en calma. Sus marinos están ocupados jugando un juego de cartas y dados mientras beben las reservas de ron de la bodega. Catherine está recostada sobre el timón del barco; mira hacia el horizonte y piensa en todo lo que ha pasado hasta ahora. Arden y ella han recorrido mucho en seis meses. Lo observa jugar con Heinrik y Cooke, y sonríe al recordar que esos dos no se llevaban para nada bien.Arden agita el perol con los dados y los lanza sobre la mesita de madera con ruido seco. La capitana se detiene a mirarle el tatuaje de serpiente que le recorre el brazo y que a veces da la sensación de que se mueve
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ADMITIENDO VERDADES
10 de abril de 1741 (cinco meses antes)Catherine se encuentra presa del pánico, un temor agobiante inunda su pecho y no es precisamente por la tormenta que los azota sin piedad; Arden no está por ningún lado y teme lo peor.—¡¿Dónde está?! —Vuelve a preguntar presa del miedo.—¿Quién? —pregunta Berry alzando el tono de voz para poder ser escuchado entre tanta bulla.—¡Arden!Se pone de pie y se zafa del agarre del pirata, que intenta detenerla sin éxito. Intenta correr hacia el castillo de la popa para encontrarlo. Selwyn y Heinrik tratan de bajar las escaleras, pero los movimientos erráticos del barco les dificultan demasiado la tarea.—No puede ir para allá, mi capitana —le dice Heinrik cuando se cruzan a mitad de camino.—Arden estaba ahí, se ha caído —pronuncia las palabras apretadas unas con otras, con desespero. El agua les chorrea a cántaros por el cabello y la ropa.—Ahí no hay nadie —asegura Selwyn.—¡No podemos dejar que se ahogue!—¡En esta tormenta, no lo encontraremos! —
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CONJUNCIÓN INESPERADA
SEGUNDA PARTE 21 de octubre de 1741 Catherine y su tripulación llevan un mes y medio atracando barcos enviados por la marina del rey con cargamentos importantes. Los oficiales de Regoria están hartos de tantos asaltos, pero no pueden hacer nada contra la ferocidad de la capitana y sus hombres. Como le dijo su padre, ha formado un nombre con todo lo que implica, y ahora, siempre que la armada del rey veía acercarse a un barco con velas negras y la bandera en el estandarte ondeando con las calaveras y huesos cruzados, algunos preferían lanzarse al mar y desertar que perecer en el destino cruel que ella les daría. En todo ese tiempo, ella y Arden habían limado asperezas con respecto a lo que él pensaba que estaba haciendo en busca del comodoro, sin embargo, Catherine no había podido olvidar su búsqueda del comodoro, a quien no había vuelto a ver en todo ese tiempo. Sus hombres estaban muy complacidos con los botines que habían robado. Cada semana cuando atracaban en puerto, gastaban s
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ATRAPADA CON EL COMODORO
21 de octubre de 1741Los ojos de Catherine se adaptan rápidamente a la oscuridad. Mira hacia arriba por donde han caído, no entiende cómo es posible que hubiese un hueco tan alto en esa isla, pero es claro que ya no puede jactarse de saber nada sobre el mundo, que las cosas son muy diferentes de como las había concebido en un principio.La explosión ha hecho que caiga demasiada cantidad de rocas como para poder salir por allí mismo. Ya no vuelve a escuchar la voz de Arden llamándola, así que asume que le ha hecho caso y se ha ido con el botín. O tal vez los saqueadores son más de lo que pensaba y no le quedó de otra más que huir, aunado al hecho de que están también bajo el ataque de la armada del rey.El comodoro se encuentra a un par de metros de ella. Ya se ha percatado de su presencia, pero no está preocupada por lo que pueda suceder.—¡Jacob! —grita Andrew. Se pone de pie con dificultad mientras se tambalea, parece que se ha lastimado un poco la pierna, y las rocas filosas le ra
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COMO PERROS Y GATOS
22 de octubre de 1741Andrew y la capitana llevan un día atrapados en el laberinto de cuevas subterráneo. No han tenido suerte para hallar la salida y ya el agotamiento y la falta de agua y alimento está empezando a notarse en sus cuerpos. Los dos caminan en la penumbra absoluta pues la antorcha se quedó sin luz hace un par de horas, y no volvieron a encontrar otra.—¿Ya está listo para admitir que se equivocó de camino? —le reclama.—¿Por qué está tan segura de eso?—Porque de ser el correcto, habríamos encontrado más antorchas —dice en un murmullo. Se siente tan agotada que le cuesta trabajo hablar con claridad.El comodoro se queda en silencio y no se detiene, pero muy en el fondo sabe que ella puede tener razón, sin embargo, no dará su brazo a torcer tan fácilmente. Luego de varios minutos más andando, finalmente logran divisar una luz al final del túnel.—¡Es la salida! —grita con emoción—. ¿Lo ve? Yo tenía razón —La mira por encima del hombro con superioridad.Casi la hace corre
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ANDREW SALLOW
22 de octubre de 1741El comodoro no se puede creer la desgraciada suerte que tiene Catherine Riley. Ni bien llegan a la playa y ella se zambulle en el agua unos minutos, un par de velas negras se divisan a la distancia. Para su mala suerte conoce ese navío muy bien, lo ha estado siguiendo desde que se volvió comodoro hace un par de meses, y es que, a sus escasos veinticinco años, ya es todo un militar reconocido por el reino de Regoria y Queen Bay. Andrew es el primero de su generación en llegar tan rápido a ser comodoro, y por sobre todas las cosas, él había jurado que sacaría a todos los piratas de las costas del reino del norte.Pero decirlo y hacerlo eran dos cosas muy diferentes. El comodoro se había enfrentado ya más de una vez sin éxito a la gran capitana del famoso fantasma del pacífico, y eso le estaba desesperando más de lo que lo aparentaba.Observa a la mujer pelirroja levantarse en el mar y voltearse a mirarlo con una sonrisa de satisfacción, ella tuvo razón, no la atrap
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UNA NUEVA PISTA
25 de octubre de 1741El sol se alza en el horizonte por el este. Catherine está de pie en la proa de su barco mientras deja que el viento marino haga volar su cabello y respira el aroma salado del mar. La isla de Birronto está frente a ella; y en ese momento no puede sentirse más feliz. Arden se acerca y la rodea con sus brazos, deposita un suave beso en su cuello y reposa su mentón en uno de los hombros de la mujer.Su tripulación está contenta y complacida por el gran botín que han conseguido. Llevan tres días bebiendo a todo lo que da y bailando en la cubierta, mientras Wyler toca música amena con su guitarra.—Esta vez sí que te luciste —comenta Arden—, con estas joyas, no tendremos que ir a atacar más barcos en un buen tiempo. Podríamos quedarnos en la isla y… —delinea la línea de sus hombros y baja hasta sus brazos desnudos, ella lo mira traviesa y le sonríe.—Recuerda que dijimos que iríamos a comprar esos nuevos cañones. —Toma la mano del pirata y la entrelaza a la suya, se g
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