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Todos los capítulos de Un feliz matrimonio italiano: Capítulo 81 - Capítulo 90
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Capítulo 78. Mi hermosa Dianora.
*Matteo* Yo tenía que esforzarme por dejar atrás a ese hombre lleno de posesión, controlador y dominante, ella jamás aceptaría eso, Dianora era una mujer independiente y libre y yo debía cambiar por ella y estaba dispuesto a ello. _¿Entonces qué piensas hacer Matteo?, tú no eres un hombre que pueda vivir sin Nápoles. Y había algo de cierto en ello y no podía negar que extrañaba la ciudad con todo mi ser, su gente y sobre todo... el mar, algo que necesitaba y que había formado parte de mi vida desde que era pequeño. Pero por estar por Dianora estaba dispuesto a estar en esa ciudad sin alma, con miles de personas que solo estaban de paso, por trabajo, negocios o turismo rápido, y con bellos monumentos impresionantes. _Quedarme aquí contigo, yo puedo vivir donde estes tú y nuestro hijo. Y después de mis palabras una bonita sonrisa se dibujó en su cara, y me di cuenta de que mis palabras le habían gustado, y lo mejor de eso es que eran reales yo no le estaba mintiendo. _Dianora tú er
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Capítulo 79. Reconciliación
*Matteo* Aún podía recordar esa tarde, el cielo practicamente había oscurecido a pesar de ser las cuatro de la tarde, pude ver en su bonita mirada que algo había cambiado, ella había vuelto a creer en mí. Y no solo Dianora había vuelto a creer en ella en mí sino también en nosotros. ¿Por qué había un nosotros después de ese beso verdad? Que se había transformado en varios, sintiendo su respiración acelerada y la mía propia sobre mi piel. _Matteo, yo... _¿Si?_ Puse mis manos en sus caderas y apreté su cuerpo sexy contra el mío, yo ya estaba llegando a un lugar de no retorno, en el que sería incapaz de controlarme, al menos mis instintos fuertes de arrancarle la ropa y hacerla mía. Besé su cuerpo, y sentí su piel suave bajo mi lengua, el olor a su permufe me encendio aún más. Estaba excitado al completo por ella y un enorme fuego se había desatado dentro de mi. _Yo te necesito. _¿Cómo me necesitas?_ Pregunté en un susurro jugando con ella, sabía exactamente a lo que se refería porq
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Capítulo 80. Dolorosa noticia.
* Dianora* Y de verdad pensaba que todo estaría bien, nuestra vida juntos era perfecta y tranquilidad, menos en aquellos momentos repletos de un fuego propio del sur de Italia a pesar de estar en tierras del norte. Él comenzó a sacar la parte superior del pijama que me había puesto y luego metí las manos sobre mis pantalones cómodos y me apretó contra él, podía sentir el gran bulto de sus pantalones, y claramente lo excitado que estaba. Y pensé que sería maravillosa hacerlo en esa postura y tener alguna vez el control. Yo antes de él nunca había estado con un hombre, y lo que me hacía sentir en aquellos momentos que teníamos no me hacía fantasear con necesitar estar con más. Él me llenaba por completo, me hacía sentir el placer más absoluto, era un hombre que toda mujer hubiera deseado en la cama. Y poco después ocurrió lo que deseaba y yo hice el amor con él en aquella posición, controle cada uno de mis movimientos y resulto dárseme mejor de lo que creí. _Dios mío Dianora... _ me
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Capítulo 81. Vuelta a Nápoles.
* Dianora * _Sé que quizás me guardes rencor por lo que voy a hacer, pero no permitiré que te suceda nada. Tú debes estar aquí. Entendí enseguida que tenía razón, aunque me dolía muchísimo no poder despedirme de quien fue mi amigo. _Me duele Matteo no poder asistir a su funeral y decirle el ultimo adiós. _No necesitas asistir al funeral para despedirte, ni siquiera hacerlo, él siempre estará en nuestros recuerdos y nuestros corazones, podemos mantenerlo vivo dentro de nosotros. _¿De verdad crees eso?_ Pregunté con aun más dolor. _Sí Dianora, y mañana cuando salga puedes ir a la misma iglesia y rezar por él, por su alma, por su familia para que estén protegidas, y encontrar la paz, puedes enviarle un mensaje a través de tus rezos, yo estoy seguro de que él te escuchará. _Oh Matteo… _dije abrazándolo y llorando. _Mi pequeña. Yo necesitaba liberar aquel dolor, lo necesitaba a él, fundirme en sus besos. Y me incorpore y bese sus labios y mis lagrimas saldas cayeron sobre su piel.
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Capítulo 82. Separación...
*Matteo* Lo más duro de todo aquello fue darme cuenta de que no podía volver a Milán a estar junto a Dianora, y tampoco podía traerla de vuela conmigo a Nápoles porque podría ser peligroso. Si mis enemigos sabían sobre mi familia podrían intentar secuestrarla como en el pasado, o lo que es peor matarla e incluso haberle daño a mi hijo y yo no estaba dispuesto a eso. Lejos de las tierras del sur estarían a salvo, porque en estas tierras fogosas apenas había normas y ética, pero en el norte un mundo más civilidad y existían y Dianora había creado una bonita vida allí para ella y el niño. Y yo, que siempre me sentí parte de Nápoles, de su comida, sus tradiciones, sus costumbres, sus gentes, del mar.… pero sentí por primera vez que no pertenecía del todo allí, y eché de menos mi vida en el frío Milán, porque los días que había pasado junto a Dianora y a mi hijo, como una preciosa familia habían sido los más felices de mi vida. "He pasado los días más maravillosos de mi vida" me había co
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Capítulo 83. Lágrimas y puro fuego.
*Dianora* Siempre había tenido que ser muy fuerte, prácticamente desde que mi madre murió. Mi padre fue un mal esposo y un mal progenitor, ausente para ambas, a ella solía robarle su sueldo y apostarlo en negocios ilegales, nos dejó deudas y no era la primera vez que habíamos tenido que pagar a mafiosos. Pero la cantidad más grande sucedió cuando fui vendida a un prostíbulo por él sin esperarlo, jamás hubiese esperado aquello por parte de alguien con mi misma sangre y eso me demostró que ese detalle realmente no significaba absolutamente nada para él. Y cuando Matteo me compró y me obligó a casarme con él... pensé que había pasado de un abusador a otro por meses, pero después me di cuenta de que no fue así y lo amé, como nunca había amado a nadie. ¿ Estaba pensando con racionalidad ? ¿ O estaba solamente confundida como me había pasado toda mi vida? En esos duros momentos me sentía destrozada y muy enfadada conmigo misma, sentía una enorme culpabilidad y principalmente era porque yo
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Capítulo 84. Funeral y tristeza.
*Matteo*Llegar a la villa fue llegar a un hogar frío en el que no me hubiese sentido parte de él si no hubiese sido por la continua compañía de Adriano. Alejado de Dianora era como si ya no me sintiese parte de ese mundo nunca más, cuando no era así…_Señor Matteo…Nada más entrar junto a Adriano, Margaritta había salido de la cocina y prácticamente se lanzó a mis brazos. Ella siempre amó a Piero, y fue entonces con su abrazo cuando sentí las lágrimas de esa buena mujer sobre mi jersey gris._Margaritta solo dejé su trabajo, y dígale al resto de empleados que también los hagan, en tan solo unas horas debemos asistir al funeral._Pero vendrá cansado del viaje. ¿ No quiere que le prepare algo rápido para comer?_No, no tengo hambre.Y seguidamente me despedí de ellos y subí a la segunda planta hacia mi cuarto.Apenas pude dormir porque no paraba de pensar en lo sucedido y lo mucho que extrañaría a Piero en el futuro.Aquella tarde nos dirigimos todos los empleados, mis hombres y yo al p
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Capítulo 85. Extrañándolo intensamente.
*Dianora* Los momentos estupendos y celestiales en todos los sentidos que había vivido el tiempo que Matteo había estado junto a mí en Milán, habían sido al mismo tiempo dañinos, como si a un bebé se le da un chupete o caramelo y de repente se le arrebata sin más. Yo había pensado de verdad que estaríamos juntos y viviríamos por un tiempo en Milán, quizás no para siempre, pero si durante una larga temporada como una gran familia. Aquella ciudad fría que al principio no me había gustado me había llenado más de lo que imaginé, había conseguido realizarme profesionalmente mejor que en Nápoles, hacer amistades con compañeros de trabajo como mi jefa Rose, y sentirme segura por primera vez en mi vida en mi hogar. Yo nunca había experimentado eso y me había dado cuenta de que, en realidad, en Nápoles lo que más había experimentado era dolor, y no quería volver allí para experimentar de nuevo esa sensación al recordar muchísimos malos momentos. Yo entendí después de la muerte de Piero que M
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Capítulo 86. Enfado.
*Dianora*No fue fácil darme cuenta de que su distanciamiento ya no se trataba de un fin de semana, ni tampoco de una semana si no que más tiempo pasaría hasta que volviésemos a encontrarnos._Matteo por favor, solo necesito verte…Alessandro lloraba, a veces creía que también lo extrañaba, era de noche y había cogido algo de frio, yo olvide poner el aire. Me encontraba tan mal, devastada emocionalmente, que no estaba al cien por cien como madre, y me sentía desquiciada._Te he dicho que no puedo amor… esto me duele más a mí que a ti._ ¡Matteo para!_ Dije fuera de mí. _Tú no sabes lo que es estar sola en una ciudad, sin nadie … solo tú con un bebé._Dianora, mi amor, por favor, tienes que escucharme y tranquilizarme._ ¡No tengo que tranquilizarme! ¿Por qué volviste Matteo?_ ¿Cómo? ¿A qué te refieres Dianora?_ ¿Por qué volviste a enamorarme si ahora te has alejado de mí?*Matteo*Ella estaba enfadada, triste, decepcionada conmigo y era… completamente comprensible. Yo supe cuando la
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Capítulo 87. Calor en la fría Polonia.
*Matteo* Ella ni siquiera preguntó porqué había elegido Polonia para vernos, realmente yo ni siquiera lo sabía, simplemente pensé en un destino cercano a Italia y seguro, en el que ella y yo no fuésemos nadie, solo dos extranjeros que venían a conocer el país. Aunque realmente no hicimos una gran visita de la ciudad de Cracovia, aquel encuentro sirvió especialmente para eso… para reencontrarnos, hablar en persona y amarnos intensamente de nuevo. Mi vuelo partió antes desde el aeropuerto de Nápoles, por lo que esperé a que ella aterrizase, y cuando ella salió, vi de nuevo a esa preciosa mujer, no muy alta, delgada y con una figura perfecta, y la cara mas hermosa que había visto en mi vida. Su mirada de otoño se encontró con mi mirada azul, y fue cuando sonrió, y corrió hasta lanzarse a mis brazos. _Pequeña. _Dije en un susurro. Fue entonces cuando nuestras respiraciones se aceleraron al unirnos. La noté en mis brazos más delgada, estaba claro que había a delgado, me costó soltarla,
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