Sintió una gran pesadez que se alejaba paulatinamente de su cuerpo y no entendía porqué. Estaba muy bien hace…, ¿un momento? No estaba seguro, pero sólo recuerda haber estado golpeando las puertas de la mansión. Recordó que intentó buscar otra manera de escapar, pero ni siquiera las ventanas se podían abrir y luego…Luego no había nada más.―Mi cabeza… ―murmulló, sintiéndose muy aturdido.―Ya despertó, señor ―habló una mujer―¿Qué…? ¿Quién…? ―quiso preguntar, pero seguía muy débil.―Gracias. Por favor, pídale al agente Fell que venga ―esa voz le era familiar. Volteó el rostro hacia esa voz y divisó una figura alta que no podía distinguir, ya que su visión seguía borrosa―. Lamento tener que llegar a esto, pero te estabas haciendo daño al tratar de abrir las puertas a los golpes.―Pero…, quiero salir… ―logró decir.―No puedes hacerlo todavía, Macon. Sufriste muchas heridas, además, la desnutrición pudo ser irreversible de no ser porque intervine ―argumentó el hombre, acercándose a la ca
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