A veces la vida era toda una maravilla para algunas personas. Literalmente nacían y tenían todo resuelto, no debían hacer nada porque sus vidas fueron planificadas desde incluso antes de que el ovulo fuera fecundado.Muchas personas alrededor del mundo vivían un cuento de hadas, dotados por belleza, dinero e influencia en la sociedad y eso bastaba para ellos. Características suficientes para convertirse en una persona espantosa, más que eso, era suficiente para convertirse en un hijo de perra.Y eran pocas las excepciones.Los Velghary, por ejemplo, encajan en esa pequeña descripción perfectamente, aunque claro, había muchos más adjetivos para referirse a ellos. Palabras no tan lindas que si supieran que estaba pensándolas entonces lo matarían. Sin embargo, no entendía realmente cómo es que encajaban ese par que llegó hace días.―Deja de verlo así. Trata de ser discreto ―le susurró Patrice.―No puedo. Tengo das que nadie responde y he estado de guardia los últimos días.―Entonces ve a
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