A la mañana siguiente, me removí inquieta en la cama. Cuando abrí los ojos, me costó ubicar dónde estaba, porque un mal presentimiento oprimía mi pecho. Cuando estuve espabilada, me di cuenta de que me encontraba en Nueva York, estaba en casa, pero…yo había estado en Rusia hasta hacía poco, es más, la noche anterior estuve con Nikolay. ¿Qué significaba todo esto?Me levanté de la cama a trompicones y fui corriendo al baño. Me encontraba con unos culottes blancos y una camiseta de tirantes gris, mi ropa habitual de dormir, además de que todo estaba igual en las habitaciones. La cabeza comenzó a dolerme un poco, porque estaba un poco desubicada.Salí corriendo en dirección al cuarto de Mike y entré sin llamar. Mike se encontraba durmiendo a pierna suelta, despreocupado de cualquier cosa. Puse la mano en mi corazón y me pregunté si todo lo que había pasado era real o un sueño.—¡Mike, despierta!—¿Qué pasa? —me miró, alterado.—¿Qué hacemos en Nueva York?—He vuelto a casa, Margo… —me
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