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Todos los capítulos de Sometida por el mafioso: Capítulo 11 - Capítulo 20
82 chapters
Peligros ocultos
Margaret¡Mi plan no estaba saliendo bien!La noche anterior le había pedido a Nikolay que me enseñara a hacer el amor y fue justo lo que hizo, y ahora, al día siguiente me decía que tenía que ser la amante de Fernando. Según él, el latino parecía haberle engañado en algo y quería descubrirlo a pesar de que eran amigos.El problema de esto, es que la noche que había pasado con Nikolay me había parecido fantástica, la mejor experiencia de mi vida y creí que le había importado algo, sin embargo, parecía haber aceptado hacerlo para el nuevo trabajo que tenía para mí, es decir, un motivo muy egoísta. Aunque claro, debería darme igual porque mi plan es utilizarlo para que confiara en mí y escapar, ¿no?El único problema con el que no contaba, fue que empezaría a tenerle cariño a este estúpido hombre que había hecho daño a mi hermano, que me había hecho daño a mí, pero que me daba mi lugar ante los demás como si fuéramos algo. ¿Por qué algunas veces parecía importarle y otras veces parec
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Actitudes extrañas
Conduje como loco hacia casa de Fernando, pero me dijeron que el dueño de la casa estaba ocupado. Ya sabía en qué y la rabia me pudo. Había llegado tarde, ellos dos ya se habían acostado como un par de animales en celo. Decidí sentarme en la biblioteca a esperar. Me hubiera gustado quedarme solo para rebuscar papeles, pero un sirviente permanecía implacable en la puerta.Minutos después, apareció Fernando con una bata de seda de color azul y fumando un cigarro. Se sorprendió de verme, pero se sentó a mi lado, me ofreció un cigarro y yo se lo negué.—Has vuelto pronto.—Sí, pude terminar antes de lo esperado —mentí. —Me alegra, aunque debo decirte que has llegado en mal momento —sus palabras eran con tono cínico, parecía realmente disfrutar el momento.¿Acaso Margaret lo había disfrutado? ¡Seguramente! Dios, no quería ni pensar en ello. —¿Por qué? —pregunté a mi pesar.—Me la estaba tirando —rió y tuve ganas de vomitar por ello, pero mantuve mi rostro impasible.—Vaya, lo has conse
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Deseo intenso
Me encerré en el cuarto que compartía con Nikolay, es decir, el único que tenía desde que me trajeron hasta aquí casi en contra de mi voluntad.Me apoyé en la puerta y solo entonces me di cuenta de tres cosas; estaba temblando, casi no podía mantenerme en pie y estaba llorando a mares.Corrí hacia la cama y me tiré a ella sin importarme nada. Una vez allí, seguí desahogándome como si me fuera la vida en ello. Eran demasiadas cosas. Todo lo que había pasado con Nikolay, con Fernando y ahora con Mike. Yo no tenía necesidad de estar pasándolo mal por Mike, que jamás había demostrado ningún deseo sexual en mí y que ahora de repente, no solo demostraba interés en mí, sino que se ponía furioso y celoso de saber que estaba con otros.En ese momento se abrió la puerta. Intenté fingir que dormía, pero los sollozos me traicionaron.—¿Margaret? ¿Qué ocurre, por qué lloras? —parecía preocupado, pero no me dejaría engañar.—¡No te importa! —le grité enfadada.—Claro que me importa. Quiero que es
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Planes y mentiras
Me encontraba sentado en mi despacho, intentando analizar con delicadeza los documentos que tenía delante, pero me era imposible.Margaret ocupaba la mayoría de mis pensamientos. En realidad, ella tenía mucho que ver en todas las cosas que estaban pasando últimamente en mi vida. Ella era la hermana del hombre que me había traicionado y además, la había entregado al estúpido de Fernando que ahora, por culpa de ese maldito video, me tenía cogido por los huevos.Me levanté de la silla, harto de no poder concentrarme y decidí dar un paseo para despejarme. No había podido quitarme de la cabeza cómo me encontré a Margaret minutos antes de hacerle el amor. Ella lloraba desconsolada y tenía la extraña sensación de que tal vez también me ocultaba algo, así que decidí ir a ver a Mike.Cuando entré al sótano, le vi tumbado boca arriba con una bolsa de hielo en sus partes. Enarqué una ceja, sorprendido ante eso. Él se dio cuenta de mi presencia, por lo que arrojó la bolsa de hielo lejos de él
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Celos y una propuesta
Me encontraba sentada junto al poyete de la ventana, viendo el anochecer. Era una visión realmente hermosa que estaba contemplando completamente sola. Aunque si las cosas seguían como estaban, ese sería mi destino para siempre. No podía creer lo mal que me estaba saliendo todo. Yo solo quería usar a Nikolay y estaba sucediendo al revés, porque me estaba enamorando de él. Lo supe en el momento en el que me llamó La sensación que me embargó cuando lo escuché hablarme así no podía describirse, pero si él había estado con Jennifer, quería decir que no le importaba en absoluto lo que pudiera pasar conmigo, aunque luego pudiera hacerme creer otra cosa.La puerta del cuarto se abrió, dejando entrar a Nikolay con una bandeja con alimentos. Supuse que esa sería mi cena y que él no me acompañaría, la verdad nunca lo hacía, pero cuando dejó la bandeja en la mesa y preparó el mantel, puso cubertería para dos personas. Al ver que no me inmutaba, Nikolay se acercó y tocó mi hombro para llamar
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Engaño
A la mañana siguiente, me removí inquieta en la cama. Cuando abrí los ojos, me costó ubicar dónde estaba, porque un mal presentimiento oprimía mi pecho. Cuando estuve espabilada, me di cuenta de que me encontraba en Nueva York, estaba en casa, pero…yo había estado en Rusia hasta hacía poco, es más, la noche anterior estuve con Nikolay. ¿Qué significaba todo esto?Me levanté de la cama a trompicones y fui corriendo al baño. Me encontraba con unos culottes blancos y una camiseta de tirantes gris, mi ropa habitual de dormir, además de que todo estaba igual en las habitaciones. La cabeza comenzó a dolerme un poco, porque estaba un poco desubicada.Salí corriendo en dirección al cuarto de Mike y entré sin llamar. Mike se encontraba durmiendo a pierna suelta, despreocupado de cualquier cosa. Puse la mano en mi corazón y me pregunté si todo lo que había pasado era real o un sueño.—¡Mike, despierta!—¿Qué pasa? —me miró, alterado.—¿Qué hacemos en Nueva York?—He vuelto a casa, Margo… —me
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Mentiras y un secuestro
Margaret Llegué al lugar donde trabajaba. Sasha se alegró mucho de verme y me pregunto si me encontraba mejor.Es cierto que me había pedido la excedencia y eso me alegró. Sasha me dio un formulario que debía rellenar y entregarle a Bryan, mi jefe.Bryan era un hombre muy guapo, pero no era mi tipo, especialmente porque era mi jefe, y mezclar lo personal con lo laboral no me parecía lo más correcto.—Margo, me alegra verte —exclamó más que contento—. ¿Cómo estás?—Bryan, ya me siento mejor y quería regresar al trabajo —traté de sonreír con ganas.—Eso es genial. La verdad es que empezábamos a echarte de menos —el brillo en sus ojos parecía genuino. ¿Buscaría insinuarse de nuevo? —Yo también extrañaba esto.—Sí, bueno… Pero si no te encontrabas bien y necesitabas un descanso…—Ya me siento bien —dije con voz firme, sabiendo que físicamente me encontraba en excelentes condiciones.—Genial… Por cierto, me gustaría que nos pusiéramos al día respecto a los nuevos proyectos —de nuevo esa
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Juego peligroso
Estaba demasiado furiosa con toda esta situación y a pesar de no sentir nada por Bryan, necesitaba desfogarme con él.Sin embargo, después de eso no recuerdo muy bien qué pasó. Sólo sé que empecé a sentirme mal en la cama de Bryan y algo hizo que me durmiera.Cuando desperté, fue debido a un traqueteo constante. No estaba colocada de una forma muy adecuada, ya que estaba atada de pies y manos. Bryan había colocado mi cabeza sobre su regazo y cuando me vio despierta, me dedicó una extraña sonrisa que jamás pensé que viniera de él.—Ya has despertado, qué lástima… Pensé que el cloroformo duraría más tiempo.—¿Qué está pasando, Bryan?—Lo lamento, pero un señor me pidió que le ayudara contigo, a cambio de una cantidad indecente de dinero que es muy necesaria para la empresa —habló cínico. —¿Quién te pidió algo así? ¿Y cómo puedes ayudarle? ¿No se supone que me quieres? —reclamé molesta.—No era exactamente amor, solo deseo. Y ya conseguí acostarme contigo —su sonrisa me dio asco, era un
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Tener que fingir
Cuando terminé, Fernando se había acercado mucho a mí y supe que era el momento de poner en práctica el plan que Nikolay y yo habíamos acordado.—Fernando… Lo he estado pensando durante tu ausencia y creo que tienes razón —hablé con un vacío en el estómago—. Podríamos ser muy felices, así que acepto tu oferta.—Has elegido bien, no te arrepentirás —estaba emocionado, como si en verdad quisiera esa unión. En ese momento, Fernando me abrazó con fuerza. Supe que era el momento de fingir, así que acaricié sus pectorales por encima de su camisa, haciéndole suspirar. Entonces, se separó un poco solo para sonreírme con sinceridad y acercar sus labios a los míos. Fingí alegrarme por su acercamiento y correspondí su beso dulce y tierno.—Te he echado de menos, Margo…—Espera, Fernando… —lo detuve agitada.—¿Qué ocurre?—Necesito descansar antes de hacerlo… —mentí. —De acuerdo, continuaremos esta noche —dijo y sentí que el estómago se me encogía.¡No quería estar con él! No lo deseaba y esta
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Cautiva
Ya llevaba una semana viviendo en casa de Fernando, una casa enorme y muy hermosa de la que ya conocía casi todos sus recovecos. Lo bueno de vivir con Fernando era que como tenía trabajo casi todo el día, me permitía andar libremente por la casa, aunque yo no me sentía libre de ninguna manera.En aquella semana no había vuelto a tener llamadas de Nikolay, es más, como mi celular era lo único que llevaba conmigo cuando me trajeron de regreso, no tenía cargador y la batería estaba a punto de acabarse. Pero no saber nada de Nikolay en aquellos días me estaba sirviendo bien para analizar fríamente las cosas.Al comienzo de esta aventura, Nikolay era el hombre al que más odiaba por todo lo que planeaba hacerle a Mike por su traición y entendía que no soportara el carácter irritante de mi hermano, ni siquiera yo lo soportaba. Pero a pesar de lo mucho que odiaba a Nikolay, cuando se me ocurrió pensar que hacer el amor con él como cualquiera de sus numerosas amantes me ayudaría a escapar,
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