—¡Cállate, Scott! ¿Quién te crees que eres para ofenderme de esta manera? ¡No eres nadie! —exclamó rabiosa, mientras los ojos de Scott la miraban aturdidos—. ¿Hablas de engaños o traiciones? Eres tú quien volvió con Laura, incluso antes de nuestro divorcio, la mantenías oculta, como un secreto, y luego vienes ante mí a hablar de traiciones y dignidad —Valentina, yo… —¿Acaso lo olvidaste? Me dejaste por esa mujer, ¿Qué hiciste después? Te apuesto que tú te revolcaste con ella en nuestra casa, en nuestra cama —Scott bajó la mirada, sintió que era descubierto por ella, y Valentina pudo deducirlo en su rostro, sintió dolor y sintió más rabia —Valentina, sé que… —No sabes nada, yo pude seguir adelante, ¿Esperabas que guardara tu recuerdo como un altar? Que fuera fiel a tu falso amor, te equivocaste, Scott, yo reparé mi corazón de tu daño, ¿Dónde está Laura, ahora? Ah, sí, te dejo, es cierto, me dejaste por una mujerzuela, y me alegro por eso, me alegro de que ahora solo seas un hombre h
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