Cuando bajó del jet privado, lo primero que pidió fue una tarjeta sim para su celular. Necesitaba empezar a transmitir su llegada a la isla. El piloto del avión se encargó, de manera personal, de conseguirla.—Ten cuidado —advirtió el piloto a Martina cuando le entregó la tarjeta para su celular—. Si ven que estás grabando para un canal de Youtube o Tik Tok, puedes tener problemas. Martina asintió, pero no se explicaba cómo era posible que las autoridades de la isla, cualesquiera que fueran, porque no policía parecía haber, controlaban que las personas no filmaran, tomaran videos, fotos o realizaran cualquier tipo de captura que revelara la existencia de la isla al mundo. —¿Vamos? —preguntó Rosana a la joven, indicándole el vehículo que las estaba esperando— Recuerda, vienes como una amiga mía —dijo mientras caminaban por la pista, en dirección al carro—. Ahora vamos a visitar a mi hermana y, después de que hayamos salido, puedes recorrer la isla a tu antojo.Martina asintió antes d
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