—Crimen y castigo ¿eh? —una voz me sacó de dentro del libro, para levantar la vista y encontrarme con la oscuridad de la noche, en esos dos ojos que me hipnotizan.—Sí, me ha gustado, una amiga me lo recomendó y ha pasado a ser de mis favoritos, ¿tú lees? —pregunté cuando comencé a guardar mi libro en mi bolsa. —¿Quieres sentarte o ir a otro lugar? —agregué.—Últimamente no mucho, no tengo tiempo, el trabajo es muy absorbente —¡Uy no! otro hombre sumido en el trabajo sin tiempo de nada, pensé y suspiré pesadamente —, bueno, pensándolo mejor, no tenía mucho tiempo. El restaurante tuvo unos pequeños cambios para poder tener algo más de tiempo —. Decía eso, al tiempo que se sentaba a un lado de mi sobre la mantita, era demasiado pequeña, nuestros cuerpos quedaron bastante cerca.La manera tan natural de comportarse, me hacía sentirme bien, que, aunque tenía poco de conocerlo, me sentía tranquila con su presencia.Así pasamos platicando de cosas triviales, el trabajo, los horarios, mi coc
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