Brock— Imagino que debes estar muy contento— digo con voz agria mientras camino por la habitación como un demente. Roldán y Layne me miran con expresiones sorprendidas. Tienen las bocas abiertas, los ojos que se les salen y no dicen ni media palabra.Maldición, maldición, maldición. Cuando dije que me iba a casar con ella, me gustaría decir que no lo pensé bien, que fue algo del momento, un exabrupto, algo repentino, que no se veía a venir, y por ello evitable. Pero no, esto no era así, no sé si lo pensó mi mente o como diablos tomé la decisión, pero algo dentro de mí me decía que tenía que salvarla. Además, salvar la reputación de los Haggards ¿Pero era solo eso?No podía seguir escuchándola llorar, me mataba por dentro. Tampoco quería verla con otro, que cayera en manos de la diosa, sabe quien, solo de pensarlo, surge una poderosa rabia dentro de mí. A la vez, por nada del mundo quería casarme, la noche es testigo de que no. Sufrí e hice sufrir en mi matrimonio, no le desearía se
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