MadisonLiam y yo decidimos suspender la boda.Ninguno de los dos está listo para hacer algo así, en especial si nos hemos mentido todo este tiempo.Tener que salir y decirles a los invitados que no nos casaremos es la peor parte de todas, pero es un mal que hay que hacer.Lo peor de todo será decirle a los padres de Liam, a los que ya no les caigo muy bien.—No te preocupes, yo les diré —asegura.A pesar de todo, es un buen hombre. Le prometí ayudarlo con su problema de dinero y drogas, sé que siempre seremos buenos amigos.Ambos salimos tomados de la mano, primero le diremos a ellos, y ya luego al resto. La señora nos mira extrañada, creo que ya lo sospecha.—Mamá, tenemos algo que decirte.—Espero que no sea un embarazo.—No, nada de eso. Es que, Madison y yo hemos decidido, suspender la boda.—¿Qué?—Ya sé que parece repentino, pero…—Lo es, no pueden hacernos esto luego de que…—¡Madison! —escucho que me gritan. Volteo de inmediato a la entrada de la iglesia porque sé perfecto de
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