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Todos los capítulos de Una cura para mis delirios: Capítulo 61 - Capítulo 64
64 chapters
LX Los fantasmas
Luka no solía ser impulsivo. Él pensaba bastante antes de tomar decisiones, puede que incluso a veces pensara demasiado, pero un impulso lo había hecho regresar a casa antes de estar listo y ahora no sabía dónde meterse. Salió de la cama antes de que Alessa se despertara y fue por un vaso con agua. Se sentía como si estuviera descalzo en una habitación con el piso cubierto de tachuelas con la punta hacia arriba. No sabía hacia dónde avanzar y pensarlo lo mareaba.¡¿Por qué era tan difícil dejar de pensar en pies?!—Buennos días, ammor —lo saludó Alessa.Lo abrazó por detrás y le besó el cuello. Beso que pronto dejó ver sus intenciones porque le succionó la piel. Luka se sobresaltó. No recordaba hacía cuánto ella había hecho algo así y no se refería al desvergonzado chupetón, sino a estar a su altura, parada junto a él sin muletas o las barras en las que se ejercitaba.Se volvió hacia ella para verla a los ojos. No importaba cuántas tachuelas hubiera en el piso y que él no supiera cóm
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LXI Un hombre puede soñar
Luka llegó con la bandeja del desayuno a la habitación. Alessa no se había levantado. Ya no tenía fiebre. Él se metió al guardarropa y salió con una tenida de oficina. —Tengo una reunión importante. A menos que necesites que me quede contigo.Alessa negó. Su desayuno seguía intacto.—¿Quieres que te dé el cereal en la boca? Puedo hacerlo.Ella volvió a negar y cogió la cuchara.—Volveré lo más pronto que pueda —la besó y se fue.Alessa dejó la bandeja en el velador sin probar bocado y se acostó otra vez, escondiendo la cabeza bajo la almohada. En la oficina de Francesco, Luka revisaba unos documentos. —¿Qué tan bien se lleva Florencia con su madre? —le preguntó.—Hablan de vez en cuando por teléfono, casi siempre de la viña. Y casi siempre Flo termina de mal humor —dijo Francesco.Luka sonrió, viendo en su hermano un posible cómplice.—¿Y su relación con la niña?—Ha ido a visitarla un par de veces. Más que pasar tiempo con Jo, se ha dedicado a criticar a Florencia por su desempeño
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LXII ¿Curados por fin?
En la tienda de artículos para el hogar, el pasillo de iluminación estaba hasta el final. Alessa los cruzó todos, con el corazón acelerado. La gente iba y venía de acá para allá. Tenía la impresión de que si pasaban muy cerca de ella la harían perder el equilibrio. Una horrible sensación de vértigo la había acompañado las primeras semanas del uso de la prótesis y a veces volvía, sobre todo en un lugar tan lleno de estímulos por todos lados.Luka iba con ella, unos pasos atrás. Si se concentraba en mirarle el trasero no veía el desorden en las estanterías. Esos lugares eran una pesadilla, peor que los supermercados. —No hay ninngunna parecida. Te compraré otra —dijo Alessa, mirando las lámparas—. Esta de metal durará mucho.—Me partirás la cabeza si se te ocurre tirármela.—¡No, Luka! Nunca más, nunca voy a tirártela. Te amo, te amo —se le colgó del cuello y lo besó, olvidándose de la lámpara, la gente alrededor y el vértigo. —¡Ey, espera! —La detuvo cuando empezaba a quitarse la blu
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Epílogo
Alessa oía música mientras la estilista la peinaba. La mujer llevaba casi veinte minutos en tal tarea, una tortura. Ella habría sacudido la cabeza y listo, un peinado con volumen y movimiento, pero era un día muy especial y se portaría bien.—Listo, has quedado hermosa. Ahora el maquillaje.Alessa quiso salir corriendo, pero se aguantó. Cuando por fin estuvo lista fue a asomarse al salón aprovechando que los invitados todavía no llegaban. Los de la decoración seguían trabajando, alistando los últimos detalles. Olía a flores. Era un aroma en extremo dulce y prefirió irse al jardín. Allí la atrapó el equipo encargado de filmar toda la ceremonia.—¿Emocionada por la boda? —le preguntó el hombre, acercándole el micrófono.—Mucho. Todo está bellísimo.—Hagamos una toma completa de su atuendo —le indicó el hombre al camarógrafo.El vestido de Alessa le llegaba unos centímetros bajo la rodilla y su pierna de acero relucía con orgullo. Ella ya no la escondía, era testimonio de su lucha y amor
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