—¡Despierta Eun-Ji! Es hora de irnos, tenemos que salir de aquí antes de que salga el sol— La voz de Dong-Yul me despertó al tiempo en que me sacudía para obligarme a despertar.—¿Qué hora es ?— Pregunté como si la respuesta hiciera una diferencia en lo que tenía que suceder.—Son las cuatro de la mañana, vamos date prisa nos están esperando.—¿Nos están esperando? ¿Quiénes? — Pregunté porque me extrañó su respuesta, yo no entendía a qué se refería.—Ya lo sabrás, no te preocupes, todo va estar bien.Ya tenía la maleta lista porque me advirtió desde la noche anterior que nos iríamos en cuanto amaneciera, pero afuera todavía estaba todo muy oscuro.Atravesamos la huerta y cuando estaba a punto de decirle que los guardias de la entrada no me dejarían salir por órdenes del señor Seung-Yi, él me arrastró hacia los jardines que colindaban con la montaña.Llegamos hasta la colindancia y allí junto al río, había una pequeña canoa. No cabía duda de que Eun-Ji lo había planeado demasiado bien.
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