Una ducha caliente me ha relajado bastante, al mismo tiempo, me sirvió para pensar bien en la propuesta de Bratt. Tengo el presentimiento de que para mí este negocio será caótico; sin embargo, si tengo que sacrificar mi tranquilidad emocional para cumplir la promesa que le hice a papá, pues adiós a mi estabilidad; ahora mismo mi situación no está para sentimentalismo.Me pongo el camisón que Bratt me prestó y mis bragas. No acostumbro a dormir con sostén y hoy no será la excepción, además, ya Bratt me conoce en todos los aspectos, así que no me molesta en lo absoluto. Y no, no hemos tenido sexo nunca.Salgo del baño y me quedo viendo a mi amigo, a quien, por más frío que haga, le gusta dormir en bóxer, ya que, según él, la ropa lo asfixia en la cama.—Ven a darme calor, pecosa. —Abre los brazos para recibirme, sin embargo, me he quedado congelada en mi lugar, al percatarme de que no me había equivocado la primera vez que vi a Bratt, después de regresar del extranjero. En efecto, él es
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