—¿Acaso estoy soñando? —Pregunto en voz alta y me froto los ojos, pero apenas veo nuevamente a mi esposa, que hace 5 años había muerto, frente a mí, mostrándome una sonrisa dulce y cálida, mientras acerca su mano a mi rostro, y apenas siento el roce de su piel con la mía, me echo a llorar desconsolado, aferrándome a su mano, que creía jamás volvería a tocar. —No puedo creer que estés aquí. —lleno de besos su mano, mientras hablo, y Chloe acerca su otra mano para acariciarme. —¿Cómo es esto posible? ¡Es un milagro! —Afirmo entre sollozos sin poder creer lo que está pasando. —Si es un sueño, no quiero despertar. —Afirmo, seguro de que podía ser una de mis alucinaciones, pero de la nada siento su cuerpo, aferrarse al mío, abrazándome con fuerza.—No sabes cuánto te extrañé... Lamento tanto haberte dejado. Jamás fue mi intención. Vi a diario lo mucho que sufriste y se me partió el corazón al saber que no eras completamente feliz... —Siento sus lágrimas cálidas en mi pecho, que me hacen a
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