30- PADRE SOLTERO. Profundo.
Cuando Ana se bajó del auto de Maxwell una oleada de dolor la acometió, no solo por el par de golpes que le había dado Albán, si no por todo el esfuerzo físico que había tenido que hacer. Lo único que quería era darse una ducha larga y dormir.Cuando estaba ya en la puerta, Maxwell evitó que entraran y sacó su celular.— No podemos permitir que Emanuel nos vea así — Ana miró al hombre, le sangraba un poco la nariz y tenía un par de morados en el rostro, pero no se veía tan mal, de seguro lo decía por ella — Ámeli, ya estoy con Ana, estoy en la puerta, pero lleva a Emanuel arriba… Gracias.Esperaron un par de minutos y luego entraron, la sala estaba vacía y cuando Ana se miró en el espejo junto a la mesa casi se cae de la sorpresa.Estaba pálida y sucia, con el labio roto y el pómulo inflamado, si Emanuel la hubiera visto así se hubiera asustado, Maxwell tenía razón.Ámeli bajó por las escaleras y cuando los vio abrió sus grandes ojos claros y se sentó en uno de los escalones.— ¿Qué p
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