Matías.Me sentía mal, no solo por ella o por dejarla ir, sino que mi salud no estaba bien, de modo que cuando la vi salir llamé a Tobías y este me respondió de mala gana. Sé que aborrece a mi morra, no está conforme con lo que hago, y a todas estas tampoco le di la oportunidad de celebrar junto a mí su buen logro, hizo un trabajo excepcional, la entrega estuvo a tiempo y completa.Me pasé la mano por la cabeza y miré hacia la cama, no suelo acostarme por cualquier cosa, pero el frío, y las ganas de dormir me tenían agobiado, de modo que me acerqué y me permití descansar, acostándome boca arriba sin quitarme la ropa ni nada. —¡Hijo…, Dios bendito!, mira lo que provoca esa mujer— escuchaba a mi madre, pero simplemente no quería abrir los ojos y escucharla, parlotear sobre lo mal que me hace mi capricho, todos incluso mi padre esta negado a que ella viva a mi lado, pero no me van a hacer cambiar de opinión.—Madre deja de tocarme, vete a hacerle la vida imposible a Patricia—, le quité
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