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Todos los capítulos de La secretaria fea del millonario: Capítulo 111 - Capítulo 120
120 chapters
Verdades
Amber se tronaba los dedos, nerviosa al escuchar las palabras que decía Andrea, ¿Cómo era posible que ellos tuvieran su mismo tipo de sangre siendo tan difícil de conseguir? Estaba desconcertada, pero no dejaba de sentir un fresco en su estómago.—¿Y si es mi padre? —preguntó sintiendo una corriente en su interior.Aidan era un hombre de negocios, además de inteligente, y si era su padre existía la gran pregunta ¿Por qué no estuvo con ella en todo ese tiempo? ¿Por qué no la buscó? ¿Él lo sabía?Tragó grueso, y miró a Chiara. Ella nunca dejaría a su hija, jamás, ni en las peores dificultades. Una lágrima salió por sus ojos, ¿Por qué su padre no estuvo con ella? ¿Será por la razón de que su madre estuvo casada?—Amber, mi amor, te dije que no lloraras, lo prometiste. Sabes lo que dijo el doctor, debes estar tranquila —Andrea arrugó el entrecejo.Le había contado todo a Amber porque Aida le había regalado un ramo de rosas, y un peluche inmenso para la bebé, y Amber se había sorprendido po
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Perdonar para seguir adelante
El rostro de Amber se empapó de lágrimas. Su semblante se tornó pálido, y las palabras no querían salir de su boca—¿Tú? ¿Cómo? ¿Por qué no me lo dijiste? —la voz de Amber se quebró.—Lo siento mucho Amber, yo … Yo no podía hacerlo —Amber arrugó el entrecejo.Aidan sintió que un peso salía de sus hombros. Llevaba años viendo a Amber desde lejos, añorando el momento exacto para acercarse a ella.—No hay una excusa para que un padre no pueda estar cerca de su hija, yo viví mi vida añorando a un padre —su voz se quebró—. Porque el mío estaba ausente, ¿sabes por qué? Porque no era su hija, y tú, que dices ser mi padre…—Amber, mi padre era una mala persona. Me obligó a casarme con la mamá de Sommer, aunque yo estaba enamorado de tu madre. Siempre le oculté que tuvimos una hija, porque él era capaz de asesinarte —la voz de Aida se quebró —. Lo hizo en el pasado, él mandó a hacerle daño a tu madre cuando estuvo embarazada de ti. Pero le hicimos creer que ella había abortado. Luego, cuando av
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Hermosa mujer
Aidan llevaba en sus manos una hermosa muñeca de porcelana. Amber cuando vio la muñeca, sus ojos se llenaron de lágrimas. La recordaba muy bien, su madre le había regalado esa muñeca en el cumple número 6 de ella, y le había dicho que era muy especial, que la cuidara mucho. Ámber cuidó de esa muñeca con su vida, pero un día su hermana Angelica la destruyó. Se puso de pie con dificultad y abrió sus manos mientras las lágrimas caían de sus ojos.—Hija, perdón —exclamó Aidan con dolor.Amber no pudo botar palabra alguna. Sus lágrimas comenzaron a caer de forma desconsolada mientras Aidan acariciaba sus cabellos, al mismo tiempo que él también lloraba con desconsuelo.—Te perdono, ahora sé que siempre estuviste ahí, y yo no lo supe —dijo en medio de un susurro.Al cabo de unos segundos, mientras ambos lloraron en silencio, cómo si lo necesitaran. Sommer carraspeó en dirección a Amber, que enseguida subió la mirada para ver a su hermana, su hermana de sangre, esa que había añorado cada día
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Bagasa
—¿Qué haces aquí, Angelica? —preguntó Amber con el ceño fruncido. Aunque era mujer de Andrea, le daba mucha vergüenza abusar de la confianza y dejar que personas fueran a esa casa a molestar.—Ámber hermanita —exclamó Angelica abrazando a Amber con fuerza.Amber se quedó inmóvil. Angelica nunca había sido amorosa con ella, y muchos menos le decía "hermanita" al menos que fuera por sarcasmo.—¿Qué pasó? ¿Ocurrió algo? —preguntó de nuevo Amber, tratando de quitar a Angélica de su cuerpo.No sabía por qué, pero la actitud de ella no le gustaba para nada, y la hacía sentir incómoda.—Lo siento mucho Ámber, sé que no fui buena contigo, pero ahora que no está mi padre —Angelica sollozó—, no tengo a dónde ir, me siento sola, y yo creí… que podía estar aquí un tiempo, mientras reúno un dinero para irme del país.Amber abrió los ojos de par en para, ¿Un tiempo? ¿Qué significaba eso? ¿Acaso Angelica quería quedarse? Amber miró a Evangelina que estaba frente a ella con Chiara en los brazos y esta arrug
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¿Aprecias tu vida?
Para mala suerte de Amber, Angélica se había metido en la noche familiar que Andrea había organizado, y había terminado metida en el sofá con las piernas en la mesa central, comiendo cotufa y viendo películas con ellos. Cosa que a Andrea le molestó muchísimo, porque se suponía que estarían los cuatro juntos, y no la nueva "cuñada" de manera inoportuna.Por otra parte, Amber se sentía presionada, se estaba dando cuenta muy rápido que Angélica era un problema, uno muy grande, y más en la mañana siguiente.Estaban todos reunidos para el desayuno esperando a la chica, porque como no era su costumbre, no se había levantado, y como Demetrio odiaba comer sin que estuvieran todos en la mesa, decidió despertar a la princesa.—Esto me parece inaudito, esta niña se levanta tardísimo, son las ocho de la mañana y ella aún está dormida —exclamó Eva molesta.Amber bajó la mirada con pena. Angélica siempre fue muy holgazana y lo sabía, pero creía que podía cambiar, que estando en una casa ajena a la de el
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No esperaba su traición
Como Eva había dicho, había viajado ese mismo día en la noche con Demetrio, los mellizos habían ido a casa del tío Antonio, y Fernando y Andrea estaban en el trabajo. Puesto que Amber se había quedado en casa sola con los niños y Ramona. Se había levantado ese día con mucho entusiasmo. Andrea la noche anterior le había dicho que en dos semanas sería la boda y que luego de eso se iban a tomar un tiempo fuera de todos para pasar la mayor parte del tiempo solos. Así que decidió darle en la noche una sorpresa, no quería que por causa de la llegada de Chiara Andrea siempre la viera desarreglada y fea. Ella sabía que su futuro esposo era un hombre importante, atractivo y que había muchas mujeres por ahí esperando un descuido para atraparlo, y si eso ocurría jamás lo soportaría.—¿A dónde vas hermanita? —preguntó Angélica recostada del marco de la puerta.Amber sonrió en su dirección y respondió:—Voy a salir a comprarme algo lindo, para hoy en la noche prepararle a mi futuro esposo una divi
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Gemelos
Mis senos estaban muy llenos, y me dolía, las venas se marcaban alrededor de ellos por la leche materna acumulada. Realmente me dolía todo, no solo eran mis pechos, también era el alma, me dolía el alma grandemente como si me fueran arrancado la mitad de mi corazón, me sentía ahogada, quebrada, rota. Sentía que una parte en mí se había ido y estaba aterrada, aterrada de que no volviera, no volvieran.Hacía una hora que Andrea y Fernando habían entrado al despacho mientras yo cambiaba mi ropa, por suerte Eva había implementado un dispositivo GPS en todas las pertenencias de Angélica, y ellos estaban configurando la información de ella a sus móviles para ir hasta ella.¿Es que como no lo vi antes? Ella me lo dijo, Eva me dijo que Angélica era una mala mujer, que no todo el mundo cambia. Esto es mi culpa, me siento culpable, si algo le pasa a mis hijos moriría con ellos moriré.—Listo tenemos la ubicación, Fernando toma varios guardaespaldas y vámonos de inmediato, tú te quedes aquí mi am
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Mi otra mitad
Andrea.Amo a Fernando con mi vida, siempre ha sido mi apoyo y mi motivo de alegría, es como un flor colorida en medio de la oscuridad, porque en los momento más difíciles ha estado ahí, conmigo, sin importarle nada, y eso, lo valoro, lo valoro mucho, por eso no puedo soportar lo que pasó.Alek apunta con el arma directo a mí, en el mismo momento que el guardaespaldas le disparó a Alek. Escucho dos detonaciones, una, directo a Alek, matándolo instantáneamente porque fue en una parte letal, pero la otra que iba directo a mí, fulmina a mi hermano, porque como cosa rara en él se interpuso en medio, para ser lo que él siempre ha sido; un héroe, uno héroe que estuvo con Amber cunado yo no, un héroe que me alejó de Astrid, un héroe real, uno que arriesgó su vida para salvar la mía, mi héroe.—¡¡No!! —grigo lleno de dolor.Tomó a Fernando entre mis brazos antes de que caiga al suelo, y este toca la parte baja de su vientre con ambas manos. Mi cuerpo se parte en miles de pedazos, y mi alma, du
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Cosas de Fernando
Andrea:Ver a once mujeres en la sala de estar de la clínica, fue lo más extraño que pasó en los siguientes días, había rubias, morenas, pelirrojas y pelinegras, excepto castañas. Todas parecían modelos de revistas, con rostros diferentes, pero sin duda muy hermosas. Pero eso no fue todo, la cuestión era que mi madre estaba que le daba un infarto cuando le preguntó a una de ellas qué hacían ahí, y la chica respondió:«Queremos saber cómo está nuestro amo»El rostro de Eva fue una gracia gigante, por lo menos para mí, que ya sabía a lo que se dedicaba mi hermano, pero sin duda para mi madre fue una gran sorpresa.—Creo que tuviste suerte de que mamá se enterará contigo de esta manera, porque del resto querido hermano, usted hubiera pasado a la otra vida de a de veras —dije acomodando sus almohadas.Fernando me mira en medio de una mueca y luego sube la mano para sacarme el dedo. Yo sonreí en su dirección. Pues si, mi hermano se salvó de esa bala, los doctores dijeron que había perdido
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Fin
La iglesia estaba rodeada por paparazzis. Demetrio había anunciado la boda de su hijo en una rueda de prensa que le habían hecho unos días antes, y como no era presumido, invitó a todos los medios de comunicación. Por esa razón, además de todos los periodistas, había una cantidad de guardaespaldas rodeando el lugar, y sobre todo estaban a los lados de la alfombra roja que había dispuesto Demetrio para recibir a su nuera. —Quédate quieto hombre, deja de moverte —exclamó Fernando arreglando la corbata de su hermano. Andrea parecía, nervioso. Sus manos temblaban, y su corazón saltaba desbocado, tanto que podía oírlo.—¡En sus lugares, ya llegó, ya llegó la novia! —dijo con emoción Eva.Cuando Amber descendió de la limusina negra que había estado dispuesta para ella, casi lloraba al ver las cámaras firmarlas. Todo el país estaba enfocado en la mujer que había logrado que la familia Laureti hiciera semejante escándalo. En ese momento ella era la envidia de todo Estados Unidos, y hasta de
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