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PARTE DOS: PADRE DE UN HIJO NO NACIDO
PARTE DOS: PADRE DE UN HIJO NO NACIDOCAPÍTULO ONCEDel auto color negro, mismo que lo había recogido a él en el parque y que era el mismo lugar que se iba a quedar grabado como el lugar en el que el sueño más grande de Andrea había comenzado, Diego se bajó del auto junto con Andrea. Lo mínimo que podía hacer era agradecerle de frente que él estaba siendo el protagonista de todo ese sueño. —Muchas gracias por hacer este sueño realidad —dijo Andrea quitándose los lentes.—No, nada que agradecer, solo confío en que usted, señorita Muriel va a cuidar muy bien a ese bebé, yo haré todo lo que esté en mis manos para cumplir su sueño. Aunque.. pienso que sería bueno que el niño o niña creciera en un ambiente lleno de amor.—Así será, Diego, no tienes que decirlo. —Dijo Andrea sonriendo. —No me refiero a eso. Me refiero a que si tú pudieras encontrar a aquel amor que sana de un hombre, sería aún mucho mejor. —Dijo Diego queriendo saber lo que realmente ella estaba sintiendo por los hombres
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PARTE DOS: PADRE DE UN HIJO NO NACIDO
PARTE DOS: PADRE DE UN HIJO NO NACIDO CAPÍTULO DOCE La realidad era que todos los celos que él estaba sintiendo en ese momento no eran más que un reflejo de todo ese dolor que ella sintió en el momento en que él más la lastimó. Fermín la había adorado de la manera más sincera, Fermín la había querido sin esperar recibir nada a cambio, el problema es que quizá él era demasiado joven para el momento en que dijo que él quería casarse con ella. Jamás iba a olvidar que él fue quien más pidió porque ella no lo lastimara cuando al final fue él quien lo hizo con la peor mujer que se le pudo atravesar en el camino.Habían sido varios días desde que la misma mujer había intentado más con él pero él teniendo en la mente a su novia y la misma que ya era u prometida sabía que no podía acceder a los encantos de la secretaria. Una secretaria que siempre vestía de la manera en que sabía que podía tener a los hombres a sus pies. Así pasaron varios días, y quizá hasta meses para que ella fuera vista
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PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARNo había pasado mucho desde el momento en que había visto a Andrea por última vez con su viva sonrisa, ella realmente se veía realmente feliz cuando entró en aquella clínica y sobre todo, no era que disfrutara de ver la manera en la que sufría Diego al ver las jeringas sacando un poco de su propia sangre pero ella realmente veía que en él estaban todos sus sueños. Él había aceptado ser el padre de su hijo porque ahora solo faltaba que los análisis estuvieran listo para que ella siguiera con el proceso.Estando en una tienda de autoservicio, Diego empezó a tomar un poco de todo, nunca antes había tenido tanto dinero solo por desperdiciar un poco más de su tiempo, Andrea le había pagado realmente bien solo por su tiempo y claro, el susto que él jamás le dijo que estaba sintiendo.En su carrito de compras llevaba todo lo que su hija alguna vez quiso y é solo pudo comprarle por botellas muy pequeñas y bolsitas. Ahora le llevaba de todo, jugo de tod
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PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARCAPÍTULO UNOCon una sonrisa en el rostro, con toda la vida por delante, viendo en esos estudios que acaban de salir, todo su futuro, Andrea no pudo soportar las ganas de hablar con la persona a la que estaría viendo por al menos, unos quince días.—Diego, hablo yo, Andrea —dijo ella tan pronto como escuchó que Diego contestaba la llamada.— ¿Andrea?! ¿Sucede algo? —Preguntó el hombre un poco asustado, al menos eso era lo que ella podía sentir con su voz.—Sí, la verdad es que sí sucede algo. Tengo que decírtelo porque no lo soporto más.— ¿Qué pasa? —Preguntó con más prisa. —Ya tengo los análisis y debo decirte que…— ¿Qué qué? —No la dejó terminar cuando él ya quería saber qué era lo que ella había encontrado en esos análisis.— ¡Gracias, Diego, gracias por hacer mi sueño realidad! Serás el padre de mi hijo. —Andrea soltó sin más.— ¿Qué? —Preguntó él realmente confundido.A Andrea ya no le importaba nada, ya no le importaban las preguntas q
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PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE DEBE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE DEBE DE AMARCAPÍTULO DOSEl sueño no terminaba, si Andrea estuviera consciente de todo lo que estaba viendo en sus sueños con facilidad diría que esa era la realidad, un futuro incierto que se aproximaba, la introducción de un libro que solo mostraba a una historia completa, llena de secretos, llena de mentiras pero también, llena de amor. Había tanto que estaba escrito en el destino de los dos, había tanto que estaba por pasar porque como ya alguien lo había dicho, nada en el mundo pasaba por coincidencia. —Doctora, doctora, —dijo Fermín a la vez que llevaba a la mujer que seguía queriendo entre sus brazos.Al momento llegó una mujer, era la doctora Natalia y la misma que había llevado el proceso de su amiga. —Hola, Andrea, ¿cómo te encuentras ahora? —Preguntó la doctora de la mejor manera. Como si nada de eso estuviera pasando en realidad cuando todo lo que quería era calmar los nervios de su amiga.—Doctora, cada vez se queja más —, dijo Fermín al v
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PARTE TRES : UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR CAPÍTULO CUATRO Frente a los ojos de Diego toda una maravilla que él no podía celebrar porque no tenía el valor de acercarse. — ¿Y el bebé, podemos verlo? —Preguntó Fermín todo emocionado. Dayanna lo miró, no, no era una mirada cualquiera, no era una mirada que pretendía contestar con amabilidad y lo peor era que, ni la misma Dayanna podía explicarlo. —No, no aún, —contestó fríamente. —Esperemos solo un momento y vendré con más información. —Y sin más, Dayanna se retiró. Tan pronto como ella lo hizo, el señor Muriel, las amigas de Andrea y Fermín se abrazaron. Todo había salido perfectamente, todo había salido como lo esperado y Andrea y su bebé iban a estar bien. —Bien, ahora que ella está más tranquila, deberíamos de ir por un café, ¿quieren un café? —Preguntó una de las amigas de Andrea siendo completamente otra persona, pasando de ser una caprichosa a ser muy dulce. —Sí, es lo que estoy necesitando —dijo el señor Muriel, —Fermín, ¿
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PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR CAPÍTULO CINCO DOS DÍAS DESPUÉS Aquel sueño del que jamás pudo apartarse, aquel sueño que nunca supo por qué lo soñó solo supo que más que en su cabeza, se quedó en su corazón, siempre a decir que era como la introducción a una historia llena de dolor, dos día habían sido desde el momento en que ese sueño llegó a ella, no pudiendo entender el verdadero significado de todo eso, era como si de un momento a otro ella ya hubiera quedado prendada de Diego, se hubiera enamorado de una persona que le había regalado una margarita y le había dicho cosas lindas mientras se la daba. “Una flor para una madre, siento que hoy el poema de una flor para otra flor ha muerto ya. Hoy un nuevo poema ha nacido, una flor para una madre, una madre que será la más amorosa, la más linda, la que más le diera amor a su hijo.” Por supuesto que ella iba a ser una buena madre, por supuesto que ella iba a ser la mejor de las madres pero más que eso, iba a darle una famil
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PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARCAPÍTULO SEIS UNA SEMANA DESPUÉSCon mil y un sueños por realizar, con la mente llena de ideas, con una vida por delante que iba a continuar, sus grandes ojos azules se cerraron viendo por última vez el techo de aquel lugar en donde a ella estaban a punto de hace realidad su sueños más grande.Nada había sido sencillo, idas al hospital, estudios uno tras otro, Diego siendo sometido a más y más estudios que no parecían tener final, un contrato que se firmó en donde él renunciaba a todo solo para hacer realidad el sueño de una mujer que creía que podía comprarlo todo. Más temprano que tarde ella se iba a dar cuenta que el dinero no lo compraba todo. Solo esperaba que fuera una buena madre par aquel niño que iba a ser implantado en su vientre, una nueva vida estaba por llegar y si Andrea resultaba ser tan buen madre como ella le decía a Diego querer ser, aquel niño iba a ser uno de los más felices en el mundo.En su vientre lograron implantar
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PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARCAPÍTULO SIETEMás rápido de lo que hubiera pensado el mismo Diego, lograron llegar al parque donde la pequeña Fernandita estaba esperando por su padre junto con la señora que siempre cuidaba de ella. Y de pronto, todo lo que pudo ver la señora Leticia teniendo a la pequeña ahí, a su lado, fue un carro lujoso pararse en el parque al mismo tiempo que dentro, dos personas parecían discutir algo. Efectivamente esa gente discutía ahí dentro un solo asunto, un asunto que Andrea no hubiera imaginado discutir con un hombre como él. Algo ahí se estaba saliendo de las manos de Andrea.—Venga, señorita Muriel, venga por favor —dijo Diego con una enorme sonrisa en el rostro.—No, no, no, suficiente hice al hecho de haberte traído, ahí está tu hijo y deberías de ir con ella que hasta donde sé, la mujer que está ahí no tiene mucho tiempo para esperar por ti.—Por favor, señorita Muriel, venga conmigo —dijo Diego sin dejar de insistir. —Es bueno que conoz
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PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMAR
PARTE TRES: UN HIJO QUE NO SE PUEDE AMARCAPÍTULO OCHO La noche ya había caído, las risas no cesaban y en la vida ella no parecía haber disfrutado de una tarde tanto como aquella vez, el trabajo había quedado atrás, todo lo que reinaba en su noche era la compañía de un hacia otro. En el mismo parque donde ella había llegado en el auto con el padre de la pequeña Fernanda, se detenían después de tanto tiempo de haber caminado, reído, comido y pasar de aquí para allá.—Bueno, creo que hasta aquí llego yo —dijo Andrea.La oscuridad de la noche no podía ser más hermosa, no podía ser más alentadora.— ¿Ya te vas, Andrea? —Preguntó la pequeña sin dejar de comer su algodón de azúcar.—Sí, mi pequeña, ya me tengo que ir porque mañana tengo que despertar muy muy temprano —dijo Andrea exagerando un poco sus palabras.Diego solo pudo sonreír. Ella sería una excelente mamá. Estaba seguro de eso.— ¿Trabajas mucho como mi papá? —Preguntó Andrea.—Creo que sí, sí, eso creo.— ¿Nos volveremos a ver
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