PARTE DOS: EL PLAN DE UNA VENGANZA CAPÍTULO OCHO Viendo un papel entre sus manos, que era la dirección de la persona que había dejado como persona de confianza en los documentos que le entregó a la escuela, Richard buscaba por aquella dirección. Hasta que finalmente lo encontró, ahí estaba, en una de las casas más sencillas de esa calle. Sin dudar un segundo más, sabiendo que estaba tan cerca de la verdad de saber dónde estaba ella, tocó el viejo timbre una, dos y tres veces hasta que la voz de una mujer atención para después, abrir la puerta. —Ya voy, ya voy, no seas desesperados, hay tanta gente viviendo aquí y yo soy la que parece portera, ya voy —se quejó Julia antes de abrir.¿Cuál fue su sorpresa en el momento en que vio a ese hombre ahí, frente a ella, con una sonrisa en el rostro?Por un momento se perdió en sus recuerdos al no poder ubicar al hombre peo sabiendo que lo había visto un par de veces. Fue entonces cuando llegó un recuerdo a ella.—Ya vámonos, Victoria, y
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