Narra BerthaEra un día de verano… me podía ver en un gran predio, hermoso, verde, el calor era sofocante. En mi mano sostenía una copa de vino, sabía delicioso, podía notar la sonrisa en mi rostro, mi cara completamente embobada mirando esos ojos azules que me hablaban, que me halagaban.Caminamos alejándonos de aquella carpa grande donde era la exposición, él me tomaba por la cintura y me guiaba hacía una supuesta muestra privada, yo podía sentir el suave mareo por efecto del vino.De pronto todo se volvió oscuro, casi negro. Recuerdo sus manos tocándome todo el cuerpo, al principio era suave, pero cuando le dije que no quería que pasara nada, me tomó por la fuerza. Sus manos dejaron de acariciar mi cuerpo para tocarlo brutalmente, me besaba con fuerza, hasta que mis labios sangraron, mi manos estaban inmovilizadas sobre mi cabeza con una de sus manos, mientras que la otra subía por mis muslos, levantando mi falda, arrancándome la ropa interior. Grite, lloré y pedía ayuda, pero lo ú
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