Brandon — Por dios Adelaida— le digo mientras ella me acaricia bajo las sábanas. Su boca está en mi cuello y sus manos viajan por todo mi cuerpo, despertando todo en mí, mis ganas, mi deseo y mis más bajos instintos. Ella me controla a cada minuto. Por un momento estaba durmiendo, descansando, soñando con quién sabe qué cosa... cuando de repente la sentía tocándome, y ella me atraía a mi realidad. A mi maravillosa realidad. En segundos, mi bóxer estaba bajando por mis piernas y perdido en algún lugar de la cama, y ella estaba sobre mí, besando mi pecho, dejando marcas por mi piel, ella bajando peligrosamente por mi abdomen y mi vientre, y yo me disponía a reprimir unos gritos mientras ella estaba entre mis piernas. Por todos los cielos…qué manera de despertar. Cuando ya yo no podía más y sentía mis piernas temblar, prácticamente le supliqué. —Mi amor... por favor— le dije, y ella ya estaba sentada a horcadas sobre mi regazo, apartando las sábanas, mientras se quitaba su pijama
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