Pasaron unos días y Benicio, cada vez que podía, veía de lejos a su amada a través de la cerca. Él y Kayon todavía estaban pensando en cómo sacarla de allí de manera segura, los trabajadores del clan que fueron contratados para trabajar en la granja, nunca vieron quiénes eran los nuevos dueños y quién les dio las instrucciones, fue un capataz contratado.Benicio y Kayon se mantuvieron en total confidencialidad, ya que no querían que Salazar se llevara a Valentina cuando supiera que estaban cerca.Adriana estaba por dar a luz, esa mañana sintió mucho dolor y la llevaron a un buen hospital.— ¡Siento que me voy a morir Benicio! — Dice contrayéndose de dolor, dentro del auto.— ¡Tranquila, Adriana, que ya llegamos!Llegaron al hospital y la llevaron adentro. Benício, Karen y Doménica estaban preocupados en la sala de espera y tiempo después aparece el médico.— Doctor, ¿cómo está mi nuera? ¿Y el bebé? — pregunta Doménica consumiéndose de ansiedad.— Me disculpará, señora, pero necesito q
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