ValentinaNecesitaba pensar bien qué hacer, si me iba con mi abuela Carmem, Salazar se lo cargaba todo con Benicio y hasta con su familia. Necesito ganar tiempo para alejarme de aquí, pero cuando Benicio y su familia también estén a salvo.Todavía estaba sentada en la cama cuando Kesia llamó a la puerta.— Valentina, ¿puedo pasar?— Usted puede, señora.— ¿Todo bien?— Sí. — respondió Valentina con frialdad.— Aquí tienes una muda de ropa. — Kesia supo que por su expresión abatida algo andaba mal.Valentina se duchó, se vistió y se fue a su casa.— Valentina hija, pasé una noche sin dormir, pensando en ti y en lo que podría estar pasando.— ¡No te preocupes por mí, abuela, necesito que confíes en mí, como yo confié en ti antes!— Confío, pero dime ¿qué quieres?— Me voy a vivir con Késia y Salazar. — Dolía dejar a Carmem que era una verdadera madre para ella, pero necesitaba ganar tiempo para que los dos pudieran escapar a salvo de ese lugar.— ¡Si esta es la solución que encontraste,
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