Un punzante dolor de cabeza despertó a Leonard esa mañana. — ¡Ahg! Exclamó el alto hombre soltando algunas maldiciones de su boca, para después sentarse y observar que a su lado dormía profundamente su amada Samantha. Comenzó a levantarse poco a poco y viendo su saco en el piso tirado sin más, recordó que ahí estaba su teléfono celular, agachándose y tomándolo en su mano, viendo que la hora sobre pasaba las diez de la mañana. "Necesito tomar algo para este dolor, me está volviendo loco" Pensó arrepentido de haber tomado tanto del enojo que le causó Samantha. "Yo… Me tengo que ir de aquí, es demasiado peligroso para ella, necesito protegerla" Con ese último pensar Leonard llamó a su secretaria Angelina, alejándose lo suficiente para asegurarse de que nada interrumpa el sueño de la cansada joven que dormía aún. …..Una hora después. Los bellos ojos verdes oscuros se paseaban por la habitación, notando la claridad del día, Samantha se asusto levantándose de inmediato y volviendo
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