Han pasado tres meses de la huida, la familia Hamilton se instaló en una ciudad pequeña de España, no muy cerca del centro, aún tenían miedo de que la mujer hubiese cruzado el océano para seguir con su intento de venganza, por ello desde entonces, han tenido una vida sin muchos lujos y siendo precavidos en todo momento. Odiaban eso, pero sabían que con el tiempo todo iría quedando atrás. A pedido de Carla, Nicolás no ha trabajado desde que bajaron del avión. “Quiero que te quedes conmigo en casa, para ver crecer a tu hijo, no quiero estar sola”Había dicho su mujer angustiada por la sola idea de volver a quedarse sola con los niños y el joven, que ya no se consideraba un mafioso, aceptó sin muchas vueltas, tenía el dinero suficiente para no tener que trabajar por un tiempo, pero cuando el niño naciera iniciaría algo nuevo desde cero, alguna empresa que no estuviera relacionada con la delincuencia, se lo había prometido a su familia, esta vez haría las cosas bien. Estaba acomodando
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