Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece (La Sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón)Adara, quien apenas encontró una habitación vacía, evitando los ojos de los miembros de la organización y algunos criados, inmediatamente empujó a su esposo hacia ella. Tan pronto como se cerró la puerta y estuvieron solos, Alexei se volvió apresuradamente hacia su esposa.—¿Qué pasó, por qué estás aquí con ese bastardo hijo de puta? Que esté aquí sólo significa problemas.En lugar de responder, Adara habló en voz baja—Un cavernícola como siempre apretando los dientes con fuerza.Cuando Alexei terminó de hablar, Adara apretó los puños y lo abofeteó con fuerza.El sonido del golpe de mano abierta de manera auténtica resonó con intensidad en la habitación. Alexei, que se tamba
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