19. DOLOR INFERNAL.
No importaba cuanto tiempo pasara, el dolor de las fuertes golpizas siempre me dejaba destruido. Me dolía el pecho, la cabeza, las manos, me dolía hasta la conciencia y yo no tenía de eso. Pero sin importar la razón, no quería molestar a Valeska durante su día de descanso, no era la primera vez que me daban una paliza, sabía que era lo que tenía que hacer para recuperarme, ya lo había hecho varias veces solo, que estrella estuviese en casa no iba a cambiar las cosas, tenía que dormir y descansar. Ese era el primer paso, luego tomar los analgésicos y poner ungüentos, probablemente en un día o dos ya volvería todo a la normalidad. Eso creí hasta que la m*****a fiebre me atacó. Solamente fueron dos peleas y por alguna estúpida razón no me podía concentrar, gané, pero con demasiado esfuerzo lo que no era normal en mí y recibí golpes que me estaban pasando factura. Por alguna clase de hechizo, desde que Valeska había llegado a mi vida vida, esta se me volvió una rutina, todo era más
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