—Perdóname mi amor, pero es mi madre y a pesar de todo lo que me hizo no puedo ser indiferente a su desgracia — le decía a Gabriel mientras se vestían para ir al hospital teniendo que dejar su luna de miel para después.—No te preocupes bonita, eso es precisamente lo que más me enamoró de ti, que siempre piensas primero en los demás que en ti misma, tienes un gran corazón, tu alma es tan bondadosa que no te importa posponer tu propia felicidad con tal de ayudar a otras personas.Connie se acercó hasta él y le tomó el rostro entre sus manos.—Ha sido tu amor lo que me ha enseñado a ver las cosas desde otra perspectiva, cuando me enamoré de ti me di cuenta que el amor era lo más importante en la vida de una persona, y mi tía, aun cuando no lleve su sangre, ha sido quien más me ha enseñado que hacer el bien sin mirar a quien siempre tiene su recompensa; pero esta vez se trata de mi madre, la mujer que me trajo al mundo y que, aunque no me supo cuidar, sigue siendo mi madre.Se dieron un
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