Después de mirar el show de Connie detrás del cristal, Gabriel salió del bar sin despedirse, no podía, no quería involucrarse con una mujer como ella, era hermosa sí, pero de ninguna manera era una buena imagen para su hija y lo mejor era no volver a verla. Llegó a su casa y entró en la habitación de Ximena que dormía profundamente, le dio un beso en la frente y acomodó la frazada para que no sintiera frío y luego se fue su habitación. Se quitó la ropa y estuvo a punto de ponerla en el cesto de la basura, pero por un extraño impulso prefirió conservarla y solo la colocó en el cesto de la ropa sucia. Colocó la cabeza sobre la almohada y por primera vez en muchos años, no fue la imagen de Maciel lo último que vio antes de quedarse dormido, el rostro de Connie se había apoderado de sus pensamientos. Y sí, también su cuerpo desnudo y sus sensuales movimientos, pero sin duda alguna, lo que había acaparado su atención eran sus ojos verdes, la luz que irradiaba de ellos no coincidía con l
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