La noche había caído, y Joseph, terminando aquella llamada que lo había dejado sumido en pensamientos cargados de preocupación, miro a aquella mujer hermosa de la que se había enamorado.Caminando de regreso hacia Isabella y Ferdinand, pudo ver de nuevo aquella deslumbrante sonrisa que siempre tenía para su hijo, no permitiría a Charles Smith robar aquello…y el tampoco opacaría aquella hermosa sonrisa con su propia oscuridad, le demostraría a Isabella que podía confiar en él, que él no la dejaría sola como el resto del mundo había hecho, Isabella había pasado por mucho, Charles y el, eran completamente diferentes, sin embargo, quería hacerla feliz, quería pasar el resto de su vida con ella, aun sabiendo que en su sendero no siempre habían existido dichas, más bien, había pasado demasiado tiempo sumido en miserias y penurias, pero deseaba ser feliz a su lado.Mirando hacia el otro lado de la ciudad, pudo ver aquella gigantesca rueda de la fortuna, sonriendo, había decidido compensarla
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