La madrugada aun no terminaba, Isabella lo había llamado demasiado molesta por no haber llegado a casa a cenar, Ferdinand aún no se dormía según palabras de ella por estarle esperando temeroso de que no fuese a volver, Joseph, se había limpiado la sangre, había arrojado a Charles Smith al hospital donde, sin hacerle ninguna pregunta a él, lo habían recibido para atenderlo de la brutal paliza, un pote de helado descansaba en el asiento del copiloto, un pequeño obsequio para Ferdinand, finalmente llegando a su alto departamento, Isabella lo miraba molesta, algo le había ocurrido, estaba seguro de ello, Ferdinand, se arrojaba a sus brazos para abrazarse a él.— Te extrañe papá, creía que no vendrías más — dijo el pequeño con bella voz inocente.Joseph sintió como aquellas palabras inocentes y dulces lo golpeaban directamente en el pecho, Ferdinand acababa de llamarlo padre, y aquello, había llenado de calidez su corazón…se había rendido al niño sin remedio alguno…y se sentía completament
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