Karim, llegó a su mansión sonriente, sabía que iba por buen camino, la mirada de Aiko le había demostrado un destello de sentimiento, eso era suficiente para él, se sentía victorioso de saber que comenzaba a conquistar su corazón. Caminó a su despacho, rodeó el escritorio y se sentó en su maravillosa silla ergonómica, abrió una gaveta del escritorio y sacó una foto, era un retrato de su madre, en ella se veía sonriente, hermosa y elegante, a pesar de la vida dura que le tocó vivir, su madre era una mujer de belleza sin igual, aunque su hermana es hermosa, no lo es tanto como su madre. Karim acarició con nostalgia la foto de ella, inevitablemente vino a su memoria el rostro dulce y enamorado de la mujer hablándole de un hombre que la amaba y con el que quería rehacer su vida si sus hijos lo aprobaban, seguidamente la imagen de su madre fallecida en la tina, el agua ensangrentada, su cara de sufrimiento, recordó haber caminado hacia ella con pasos lentos, su corazón palpitaba con fue
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