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Desde que Karim había conversado con su hermana Nazly, habían transcurrido dos días, parecía que Nazly había comprendido bien el punto de vista de Karim y su método de venganza, y eso lo ayudaba a estar tranquilo por un lado, pero por otra parte, estaba el tema de su necesidad de estar cerca de la mujer. Karim comenzaba a sentirse ansioso, sabía que el éxito de su venganza dependía de su acercamiento a Aiko y esto estaba resultando difícil desde que ella se había mudado de habitación y también se había retirado de la oficina, él no tenía forma de retenerla a su lado, comenzaba a pensar que ella sospechaba de él porque se había vuelto escurridiza y eso no le servía para lograr su cometido. El hombre llegó temprano a la oficina, caminó por el piso observando todo el espacio de trabajo, se veía pulcro y muy simple, realizó una llamada para ordenar la compra de un ramo de flores que adornara el recibidor, caminó hacia su oficina, encendió la computadora y se sentó a revisar sus correos
Aiko se preparó para salir, estaba siguiendo los planes de Sasha al pie de la letra, aunque no estaba totalmente de acuerdo con ella, tenía que obedecerle, era mucho lo que estaba en juego y estaba segura de que su abuela estaba al tanto de todos y cada uno de sus movimientos. El consejo principal que Sasha le había dado era no huir de Karim, porque eso solo hacía que ella le diera más importancia y poder en su mente, y tal vez en su corazón, Aiko debía saber y pensar que Karim es un hombre común y corriente, solo un compañero de trabajo, por supuesto que él tiene cualidades, pero todos las tienen y no por reconocer esas cualidades quiere decir que una persona pueda estar enamorada de otra. Aiko llego al edificio, traía una caja y un bolso con sus pertenencias, se mudaba nuevamente al despacho para trabajar junto a su socio, entró en el área alquilada para su empresa, el lugar desde siempre le había parecido hermoso, con esos pisos de madera pulida, la amplia y hermosa recepción que
Karim miraba a Aiko desde su oficina, ella arreglaba sus pertenencias en el escritorio y algunos libros en la biblioteca, el hombre que la acompañaba no paraba de hablarle y observarla, parecía un tonto a su lado, en cualquier momento su baba chorrearía su boca, se notaba y mucho lo que sentía por la mujer, solo ella parecía no darse cuenta e ignorarlo, luego llegó la otra mujer que solía acompañar a Aiko, ya Karim la conocía como su secretaria, lo que no entendía era porque Aiko no lo ponía al tanto de lo que estaba pasando. No pudo seguir aguantando su curiosidad, se colocó de pie y fue a la oficina de su socia, golpeó la puerta y todos voltearon a verlo. -Hola - saludó torpemente con una sonrisa, Stephany sonrió con picardía y miró a Aiko. -Acompáñame a sacar unas copias – le dijo la secretaria al asistente y se marcharon en contra de la voluntad de Casey. Karim se hizo a un lado, permitiendo que salieran de la oficina el hombre y la mujer, entró al pequeño espacio y se acercó
Karim trató a Aiko con mucho tacto, cuidando sus palabras y gestos para parecer un hombre atento, cariñoso e interesado en ella, él pensaba que la mejor manera de demostrarle afecto era con hechos, ya que es una mujer sumamente inteligente, debe ser difícil de engañar. Terminada la comida Karim se disponía a cancelar el monto, llamó al empleado para pagar la cuenta, Aiko lo miró divertida y mordió su labio inferior, él no entendía su actitud, aunque le gustaba verla actuar con picardía. -La comida ya ha sido candelada señor - respondió el empleado. Karim miró a Aiko con incredulidad - ¿fuiste tú? - preguntó con sorpresa y una amplia sonrisa, ella no pudo más y soltó una carcajada. -Lo siento, no me pude contener. - Pero ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿por qué?, si yo te invite. -Cuando dije que iría al sanitario. El hombre la observó detenidamente, se veía hermosa cuando sonreía, sus ojos se veían más pequeños y rasgados, el sonido de su risa era agradable y contagioso, se dio cuenta
Salieron de la oficina juntos, Karim abrió la puerta de su auto para que Aiko entrase en él, luego lo rodeó para conducir. De camino, Karim estaba callado y pensativo, aunque tenía un plan que llevar a cabo se sentía tranquilo y en paz en ese momento. -Este no es el camino al hotel – Aiko habló sacándolo de sus pensamientos. -Lo sé, discúlpame, venía distraído. Aiko miró a Karim de forma analítica, queriendo saber si él piensa y siente igual que ella o si solamente es un seductor experimentado y ella es solo una distracción para él. -Conduzco a mi nuevo hogar y ya que estamos cerca te llevaré para que lo conozcas. Aiko se sintió nerviosa, sabía que eso podía significar que Karim tenía otras intenciones con ella y no sabía cómo abordar esa situación. -No me interesa conocer dónde vives - respondió distante, él la observó y subió una ceja. -¿Tienes miedo? -¡No!, ¿por qué debería tenerlo? -No deberías, solo quiero mostrarte mi nueva propiedad, eres mi socia, la persona más cerc
Karim, llegó a su mansión sonriente, sabía que iba por buen camino, la mirada de Aiko le había demostrado un destello de sentimiento, eso era suficiente para él, se sentía victorioso de saber que comenzaba a conquistar su corazón. Caminó a su despacho, rodeó el escritorio y se sentó en su maravillosa silla ergonómica, abrió una gaveta del escritorio y sacó una foto, era un retrato de su madre, en ella se veía sonriente, hermosa y elegante, a pesar de la vida dura que le tocó vivir, su madre era una mujer de belleza sin igual, aunque su hermana es hermosa, no lo es tanto como su madre. Karim acarició con nostalgia la foto de ella, inevitablemente vino a su memoria el rostro dulce y enamorado de la mujer hablándole de un hombre que la amaba y con el que quería rehacer su vida si sus hijos lo aprobaban, seguidamente la imagen de su madre fallecida en la tina, el agua ensangrentada, su cara de sufrimiento, recordó haber caminado hacia ella con pasos lentos, su corazón palpitaba con fue
Aiko no pudo dormir en toda la noche pensando en lo que estaba por hacer, se sentía profundamente aterrada, tenía miedo de seguir los consejos de Sasha, en un inicio ella había obedecido a todo lo que le habían ordenado, había sido obediente y algunos de los consejos los había comenzado a entender, pero lo que le estaba pidiendo que hiciera parecía ser muy radical, no era lo que ella había pensado o planificado para su vida, deseaba que hubiese otras formas de aprendizaje y no uno tan radical como la que Sasha le estaba proponiendo. En el pasado cercano, ella había accedido a mirar los videos y escoger los estimuladores que Sasha le había propuesto, en el momento indicado Aiko había experimentado la auto complacencia, pero acudir a un lugar para escoger a la persona con la que quiere tener su primera vez le parecía demasiado osado. Tenía miedo, estaba nerviosa, deseaba que una enfermedad repentinamente apareciera en su cuerpo y le ayudará a postergar ese fin de semana, se levantó de
Sasha le informó a Aiko qué ese día descansarían en el área del spa, pues su abuela había consentido la idea, de regalarle a la joven un tratamiento relajante, lo merecía por el trabajo que había realizado estos meses, y además, eso la ayudaría a estar más tranquila y confiada en la tarea que se le había encomendado. Juntas caminaron al área que contenía los elevadores, cuatro en total, dos para los pisos con números pares y dos para los pisos con números impares, el área era cuadrada, parecía tener privacidad, ellas entraron por una quinta puerta con la ayuda de una tarjeta magnética que Sasha llevaba consigo. Aiko se sorprendió al darse cuenta de la cantidad de elevadores que había en esta otra sección, un pasillo lleno de muchas puertas a ambos lados, que iban directamente a habitaciones específicas y solo podía ser usada por la persona que portara su llave, no tenían por qué compartir el elevador con nadie, imaginó que el servicio sería muy costoso, al darse cuenta de la importa