Abrí mis ojos, recuerdo que el día anterior me habían sedado, recordaba todo perfectamente, sentía un dolor inexplicable. Solo quería que pasara rápido. Si soy cobarde y no quería sentir nada. Me dolía y no quería eso.Quise hacerme la fuerte, pero fue difícil cuando la señora Rima me habló, me consoló como si fuera mi madre, Anabelle y Theo, todos vinieron de visita, no podía decir que me sentía sola porque ellos estaban para mi. Tenía una nueva familia.—¡ushhh! No te alteres...¡por favor...! —veía en sus ojos un tono opaco, había pasado años en segundos, sus ojeras eran notables, mis manos fueron a mi vientre, como de costumbre.—¿Qué haces aquí? Deberías ir a descansar Cristopher, estas demacrado por mi culpa.—¡Cariño...!—sabía que lo que venia después de esa palabra no era algo bueno, negué e inmediatamente mis ojos anegaron en agua. —no pudimos hacer nada por él...—Fue mi culpa...—No, no lo fue.. no te alteres... por favor. —vi como se cristalizaron sus ojos, todo fue mi culp
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