Blanche:—¿Bebé?- lo volví a intentar, pero se movió nervioso, gruñéndome.Los pecchi estaban cerca, y sus risas me ponían nerviosa.Si el lobo los atacaba…—¡Come! (¡Ven!)- ordené, y el animal reaccionó, acercándose a mi mano y olfateándome un momento.Entonces, fue como si el tiempo hubiera retrocedido.Shadow movió su cola con alegría y se enredó entre mis piernas haciéndome trastabillar.—Calma, bebé. Calma. Vas a tumbarme. – me reí, arrodillándome a abrazarlo, aferrándome a su cuello y acariciando su peludo lomo. El jadeó, lamiendo mi cara con alegría.- sí, mi fiel lobito, yo también te eché de menos.—¡Mami!- chilló Valery, corriendo hacia nosotros.Y Shadow se envaró, agazapándose para atacar.—¡ Sit!- le ordené, y chilló. Estaba luchando contra su naturaleza salvaje, pero lo había entrenado desde muy pequeño y mis órdenes prevalecieron.—Valy, cariño, quédate dónde estás.- pedí con voz temblorosa y la niña se paró en seco.—¿Es peligrosos?- interrogó, en lo que le temblaba el
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