Salgo de mi habitación, percibo el olor de waffles y café, sonrió, bajo las escaleras corriendo para llegar al comedor, ahí están Milo y Draven.— Buenos días Citlali— sonrió.— Buenos días— me siento junto a Milo y él me sonríe, le sonrió de vuelta, desayunamos en silencio.— ¿Puedo ir con ustedes a recorrer la manada?— pregunta esperanzado.— Te debilitaras si sales a caminar, recuerda lo que paso la última vez— su rostro muestra miedo, no se que fue lo que paso la ultima vez pero se me ocurre algo.— Podemos recorrer la manda transformados en lobos y yo podría llevarlo en mi lomo así no habría necesidad de que él se esfuerce físicamente— Milo me sonríe y luego mira a su papá que me miro con una pequeña sonrisa pero se que sigue preocupado.— Esta bien— accede al fin, Milo sonríe, se termina su vaso de leche y corre a las escaleras supongo que va a lavarse y cambiarse.— Volveremos si él empieza a sentirse mal y no aceptaré quejas—— Es un niño Draven, un niño que nunca en su vida a
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