Vicenzo.Enfrentar la realidad a veces es más difícil que cargar con cientos de mentiras. Nunca he sido un hombre de engaños, nunca en toda mi vida lo vi necesario ya que prefiero ser un hombre honesto, y creo que mi transparente alma ha sido mi mayor enemiga a fin de cuentas. La vida me ha golpeado con fuerza por nunca pensar lo peor de los demás, y en cuanto decido alterar un poco la verdad para hacer algo bueno, todo parece estar en mi contra.De lo que sí estoy seguro es que no voy a perder a Ellie por nada del mundo, y que ambos estamos de acuerdo en eso.—¿Qué? —Mi madre se puso de pie, mostrándose consternada por la noticia—Perdona, hijo mío, no comprendo lo que acabas de decir.Parece una broma, solo que no lo es.Ellie, por su parte, bajó la cabeza, incapaz de mirar a alguno de los presentes. Por supuesto que entiendo por lo que está pasando por este momento.—Vicenzo, creo que...—Mi padre estuvo por decir algo, pero, se quedó en silencio—Creo que es un asunto privado que so
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