Vicenzo.Enfrentar la realidad a veces es más difícil que cargar con cientos de mentiras. Nunca he sido un hombre de engaños, nunca en toda mi vida lo vi necesario ya que prefiero ser un hombre honesto, y creo que mi transparente alma ha sido mi mayor enemiga a fin de cuentas. La vida me ha golpeado con fuerza por nunca pensar lo peor de los demás, y en cuanto decido alterar un poco la verdad para hacer algo bueno, todo parece estar en mi contra.De lo que sí estoy seguro es que no voy a perder a Ellie por nada del mundo, y que ambos estamos de acuerdo en eso.—¿Qué? —Mi madre se puso de pie, mostrándose consternada por la noticia—Perdona, hijo mío, no comprendo lo que acabas de decir.Parece una broma, solo que no lo es.Ellie, por su parte, bajó la cabeza, incapaz de mirar a alguno de los presentes. Por supuesto que entiendo por lo que está pasando por este momento.—Vicenzo, creo que...—Mi padre estuvo por decir algo, pero, se quedó en silencio—Creo que es un asunto privado que so
Ellie.—¿Qué estás haciendo? —Le pregunté, acostada boca abajo. Reí entre dientes al mismo tiempo que mis ojos estaban fijos en los bocetos que se encontraban en la cama. Vicenzo había estado en la sala revisando algo en su computadora, hasta que regresó a la habitación.—No estoy haciendo absolutamente nada —seguro él está sonriendo, mientras besaba la parte posterior de mis muslos descubiertos gracias a la vestimenta que estaba usando.—Cariño, en serio necesito terminar de estudiar todo esto —mencioné, moviendo mi cuerpo buscando alejarlo. No quería que interrumpiera mi trabajo.—No es necesario que estudies tanto, ya lo sabes casi todo —sus besos llegaron hasta los pequeños shorts que apenas cubrían mi trasero. Él posó su rostro allí, así que comencé a reír con fuerza.—Vicenzo, por favor, en verdad necesito estudiar todo esto —le pedí trazando un par de líneas con ayuda de un bolígrafo negro.—¿Cuánto demorará? —Interrogó, apoyando su cabeza en mi trasero como si se tratara de un
Vicenzo.Hay varias cosas en las que no he podido dejar de pensar ni por un momento.Me preguntaba a mí mismo cómo fue que Valentina ingresó a nuestro apartamento aquella noche, cuando se suponía que este poseía una enorme seguridad de primera, y entonces, Ellie me explicó que ella había mencionado que nos espiaba cuando abríamos la puerta y luego memorizó la clave a la perfección. Sin duda, es una mujer que está dispuesta a hacer lo que sea necesario para obtener todo lo que desea, sin importar la gravedad de sus actos. Y eso, ,claro que la convierte en una criminal.Me acomodé la camisa en frente del espejo, a pesar que las manos me temblaran, tenía que prepararme para el momento que estábamos por vivir. Iríamos a la comisaría, y Ellie salió a la farmacia a comprar una de las medicinas que se me terminó y que necesito para mi adecuada recuperación. Escuché la puerta del departamento abrirse, y un par de tacones caminando apresuradamente.—¡Vicenzo! —La dulce voz de Ellie inundó mis
Ellie.Enfrenta el pasado con valentía si no quieres enfrentar la realidad con cobardía.No le temas a tu vida pasada, nunca temas a recordar los errores cometidos porque de ellos has aprendido.No temas, nunca, a volver a mirar hacia atrás.—¿Estás segura que James vendrá en media hora? —Vicenzo me preguntó. Esta noche, y al igual que siempre, continuaba viéndose muy atractivo. —James dijo que vendría a las ocho y media en punto, puedo asegurarte que ese hombre es muy puntual y es alguien de palabra —sonreí—¿Hablaste con tu madre? La visita de James no me agradaba del todo y no se trataba de él en sí, sino de lo que su compañía puede significar para mi familia. —Mi madre sigue igual que siempre, aun así, creo que se siente más feliz que antes en cuanto le contamos la verdad sobre nuestra relación. A ella le agradas mucho, y el que seamos honestos con ella, la pone bastante contenta.La señora Vittoria es un regalo del cielo, de eso estoy segura. —Debo admitir que todo salió mejor
Vicenzo.La vida nos golpea, usando nuestras debilidades a su favor, aun cuando estas nunca nos han hecho ningún bien.Acaricié la espalda de Ellie mientras ella lloraba desconsoladamente en mi regazo.James es un hombre muy bueno, con un gran corazón y alguien muy transparente, tal como Ellie me dijo en algún momento, y eso quedó demostrado en cuanto nos habló con honestidad respecto a lo que él sabía. James apenas se había ido de nuestro apartamento hace menos de quince minutos, luego de contarnos lo que estaba sucediendo con la señora Lisa Stewart. Al parecer la mujer se encuentra muy enferma, los médicos le detectaron un cáncer de páncreas que está en una etapa bastante avanzada. Le han dicho que no importa el dinero que invierta en el tratamiento o todos los esfuerzos que haga para recuperar su salud, ella ya no tiene una segunda oportunidad. Le quedan muy pocos meses de vida. Su situación es muy compleja, aun sintiendo desde mi lado humano, puedo decir que no siento misericordia
Ellie.Miré las estrellas mientras estaba recostada en una cobija en la terraza y las lágrimas rodaban por mis mejillas.La vida es injusta para mí, siempre lo ha sido.Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que sentí a la soledad como mi único refugio. Ha pasado un tiempo desde que no me he sentido realmente mal como en este momento, ahora mismo no sé cómo debo reaccionar y mucho menos sé qué debería hacer para tratar de solucionarlo todo y me es inevitable no recordar varias cosas que tuve que vivir con mi madre, tanto buenas como malas.Y el enterarme de la enfermedad de mi madre, uno de los secretos más grandes de mi familia comenzó a carcomerme. Han pasado diez años y todavía sigo pensando en ella como si fuese ayer.—Ellie, cuando crezcas, no quiero que te conviertas en una mujer que no es capaz de buscar su propia felicidad. Y asegúrate de casarte con un hombre que en serio valga la pena —señaló mientras servía el almuerzo. Rodé los ojos, sabiendo que he tenido que escuchar
EllieEstaba a punto de morir de los nervios, sin embargo, aun sintiendo todo ese miedo me atreví a marcar al teléfono de mi madre, esperando que no me tratara tan mal como las otras veces y que pudiera arreglarlo todo para quedar en buenos términos con ella puesto que no deseaba que llegara al día de su muerte teniendo una mala relación conmigo. Y, sobre todo, mi más grande deseo era que yo fuese capaz de encontrar a Karina para que se despidiera de ella adecuadamente, olvidándose del pasado por unos cuantos instantes.El timbre sonó varias veces, hasta que ella al fin se dignó a contestarme.—Buenos días —su voz sonaba muy distinta, ya no era prepotente, sino que se sentía sin fuerza alguna. Es increíble cómo las personas podemos cambiar porque nos sucedan cosas malas, y en cuanto nos suceden cosas buenas, ni siquiera somos capaces de apreciarlas en sí. Y nunca sabemos lo que tenemos hasta que llegamos a perderlo, una verdadera lástima.—Buenos días mamá, soy Ellie...—tuve que contr
VicenzoApenas entramos al apartamento, me apresuré en quitarme la chaqueta y la corbata, desabrochando los primeros botones de mi camisa. Ellie me siguió con una sonrisa en el rostro, se quitó la chaqueta y dejó su bolso a un lado de la mesa.—Ven aquí, mi cielo...—le pedí, sentándome en el sofá de la sala y palmeando mi muslo—Tú y yo debemos tener una pequeña conversación.Se mordió el labio de manera coqueta mientras iba acercándose a mí con una tímida sonrisa, por supuesto que ella imagina lo que estoy a punto de hacer. Ella se sentó sobre mi pierna.—¿Podrías explicar lo que estabas haciendo esta noche? —Coloqué mi mano sobre su muslo desnudo y dejé leves caricias sobre él.Ellie y yo salimos a cenar en un lujoso restaurante hace un par de horas acompañados de mis más entrañables amigos, la invité a la cita porque los dos necesitábamos despejar nuestra mente un poco antes de viajar a Londres para enfrentarnos con la realidad, sin embargo, ella decidió jugar conmigo a su antojo to