Narrador:Los días fueron pasando y con ellos las semanas, trataba de llevar una vida normal, pero le era imposible, Alicia seguía sin recobrar la memoria y se negaba a ver a sus hijos.– Alicia, en algún momento tendrás que ver a los gemelos – le dijo Leandro, quién era el abogado, designado por Luka, que la estaba ayudando con la administración del hotel– Lo sé, Leandro, lo sé, pero me aterra– Hablaré con Luka para que no esté, así no tendrás que cruzarte con él– No es Luka quien me da miedo– ¿Entonces a que le temes?– A los niños– ¡A los niños!, ¿pero que tontería es esa?, ellos no pueden hacerte daño – preguntó algo desconcertado– Ninguna tontería, ellos no pueden hacerme daño, pero yo a ellos sí y mucho– ¿Cómo podría suceder eso?, ellos te adoran y están deseosos de ver a su madre– Y estoy segura que la madre que vive dentro de mí también, solo que no la oigo, Leandro, te juro que por más que lo intento, no logro oírla – y lanzó a llorar– Calma, Alicia, no te hace bien
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