ANTONIO.Me enamoré por primera vez y eso dolía, ella me rechaza cada vez que me confieso, recordaba como ella se había incrustado sin desearlo bajo mi piel.*Nunca me había interesado formar parte del negocio familiar, quería pintar. Llegó un día en el que padre no dejaba de hablar de la fantástica viuda de Palacios, la diseñadora y socia de la joyería; una mujer bastante capaz e inteligente para involucrarse en los negocios, no la había visto nunca, pero al ser viuda de un cerdo como lo era el Duque Palacios, me imagino a una mujer mayor, fría y desolada. -Acompáñame a la empresa, Antonio. - propuso mi hermano Andrés cuando entró a mi estudio privado. Llevaba días sin poder dibujar o pintar algo que valiera la pena, no tenía inspiración. -No gracias hermano, no deseo ir.-Antonio, si la miraras y te adentraras más en el trabajo tal vez podría gustarte. -hablaba y yo trazaba líneas sobre el lienzo pero volvía a pasarme lo mismo, no me gustaba y arruinaba todo -Hermano, vamos. Por t
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